Lugo también fue el domingo pasto de llamas que se iniciaron en concellos como Cervantes, con tres focos en tres parroquias que afectaron a la reserva de la biosfera de Os Ancares y que obligaron a activar la alerta por la proximidad a las casas. Hubo hasta 30 fuegos en la provincia, con Monforte, Pantón y Friol, junto con Cervantes, como los puntos negros donde se vivieron en la madrugada del domingo momentos "críticos" pese a que ya se ha desactivado el peligro. La situación fue delicada en Monforte durante la extinción del fuego iniciado en Chavaga. En la parroquia de Anxeriz, en Friol, hubo tensión al ver acercarse el fuego a las viviendas pero no fue necesario realizar desalojos y solo se quemó un pajar. Parecida fue la lucha contra el fuego en Pantón donde, como explica su alcalde, José Luis Álvarez, "los pueblos ya no corren peligro" pero "no se puede bajar la guardia". Pese a ser uno de las zonas afectadas por los incendios, Pantón se convirtió, sin embargo, en refugio de los monjes , del monasterio de Santa María la Real de Oseira, en el concello ourensano de San Cristovo de Cea, que fueron trasladados debido al humo al templo que la orden del Císter tiene en el municipio lucense.

En Cervantes el regidor Benigno Gómez destacó que fue "una noche muy negra" por el viento. Vecinos de las parroquias de Donís y Noceda colaboran aún con los medios de extinción para controlar ambos focos. "Los jóvenes de las aldeas ayudan para suministrar agua a las carrocetas para que los vehículos del operativo no se retiren de primera línea", añadió el regidor.