El brigadista del concello de Lobios detenido el pasado 9 de octubre como presunto autor de seis incendios forestales incendios forestalesregistrados este verano en el parque natural Serra do Xurés recibía dinero a cambio de prender fuego en el monte. Así ha trascendido de la investigación que se sigue contra este efectivo que se encuentra en prisión provisional decretada por la juez de Bande el pasado día 10 tras admitir el sospechoso tres de los seis focos que se le atribuyen.

El joven, M.G.F., de 21 años, supuestamente recibió dos cantidades de dinero, 50 y 150 euros, por dos fuegos, si bien se desconoce la identidad del presunto inductor. Según habría declarado el arrestado, se vieron tan solo una vez, ya que el dinero se lo dejaba oculto en un escondite previamente pactado.

Días después de la detención de este joven fue arrestado otro vecino de Lobios que quedó en libertad tras prestar declaración. La Guardia Civil le atribuye el papel de coautor de los incendios.

Incendios en el Xurés: la investigación

El efectivo de la lucha contra el fuego y trabajador de la brigada municipal del Concello de Lobios fue arrestado en el marco de la operación Lumex contra los incendios forestales en A Baixa Limia desarrollada por la Guardia Civil. La colaboración ciudadana y las pruebas recabadas en las diferentes inspecciones oculares fueron clave en la identificación del brigadista, al que se le atribuyen cuatro incendios en Lobios, uno en Entrimo y otro en Lobeira. Entre los seis suman una superficie quemada de 7,5 hectáreas. La Guardia Civil ha reseñado que la rápida intervención en los medios de extinción redujo el daño que estos focos podrían haber causado. Uno de ellos, declarado el 22 de agosto en Silvares de Grou, Lobios, y admitido por el detenido, arrasó dos hectáreas y llegó a aproximarse a 100 metros de las casas.

La Guardia Civil sostiene que el brigadista aprovechaba el itinerario desde su domicilio hasta la base de la brigada para plantar los diferentes fuegos. De hecho, "todos los incendios se producían a escasos minutos del comienzo de su jornada laboral", de forma que en algunos de ellos llegó a trabajar en su extinción.

Varias inspecciones técnico-oculares determinaron que los fuegos habían sido intencionados y que los focos de inicio estaban siempre "estratégicamente distribuidos" y en laderas de fuerte pendiente. Todo ello con el supuesto objetivo de que las llamas se propagasen lo más rápido posible. También son zonas de difícil acceso para los efectivos de las brigadas, lo que complica los trabajos de extinción. Toda la investigación realizada, junto con el testimonio de algunos vecinos de las zonas afectadas, llevaron a la identificación del brigadista.