Once años han transcurrido desde la última ola de incendios que devoró más de 95.000 hectáreas de monte en Galicia. Entonces gobernaba el bipartito y al frente de la política forestal autonómica estaba Alfredo Suárez Canal, cuya cabeza y la de los máximos responsables de la gestión de aquella catástrofe medioambiental pidieron desde el PP gallego, liderado por el ahora presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Con vaqueros y sin corbata, Feijóo se echó al monte aquel verano con una manguera para apagar los rescoldos y avivar las llamas de la batalla política al acusar al Ejecutivo de PSdeG y BNG de relajación, mala gestión y escasos de recursos para atajar los fuegos que asolaban Galicia.

"Esto es una experiencia de la que hay que aprender, estas cosas hay que evitar que se vuelvan a repetir, hay que hacer fórmulas de coordinación y selección más razonables", reclamaba entonces Feijóo manguera en mano. Y en vísperas de las elecciones municipales de 2007, el líder del PP gallego advertía: "Con nosotros no moría gente en los incendios, y con ellos, cuatro personas", en alusión al bipartito y los cuatro fallecidos en los fuegos del verano de hacía un año.

El PP gallego reclamaba en la antesala de la cita electoral conocer "cuánto de lo quemado se debe a los pirómanos y cuánto a la imprevisión, indolencia e irresponsabilidad del Gobierno".

Las llamas del pasado fin de semana en Galicia borraron todo rastro del análisis que entonces hacía el líder de la oposición sobre las causas de la ola de incendios de 2006. Este lunes Feijóo aludía a la combinación de "incendiarios homicidas", temperaturas extremas, sequía, "los fuegos que han entrado desde Portugal a Galicia" y las ráfagas de viento de la cola del huracán Ophelia. El jefe del Ejecutivo gallego enumeró todas esas variables antes de advertir de que así la Xunta "no puede asegurar el control de los fuegos". "No hay profesional que pueda controlar un fuego con rachas de 70 km/h", sostuvo.

Esta no es la primera vez que el PP habla de "terrorismo incendiario". Ya en la década de los 90 con José Manuel Romay Beccaría en la Consellería de Agricultura atribuía los incendios a mafias organizadas. Incluso el entonces fiscal jefe del TSXG, Ramón García Malvar, defendía la existencia de grupos criminales coordinados detrás de los fuegos aunque -lamentaba- "no aparecen".

Mafias ya en los 90

Ni se detectaron entonces esas tramas coordinadas, ni tampoco se descubrieron en las sucesivas olas de incendios. En aquellos años, desde la oposición se cuestionaba el escaso presupuesto reservado para la lucha antiincendios y se reclamaba al Gobierno de Fraga una nueva política forestal.

En su visita a Pazos de Borbén anteayer, el presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, reclamó máximo esfuerzo para "detener a quienes han provocado esta situación", que ha dejado cuatro fallecidos y ha arrasado más superficie que todo lo ardido el resto del año (por encima de las 11.000 hectáreas). "Lo que estamos viviendo aquí no es fruto de la casualidad", defendió el lunes Rajoy, quien en la ola de incendios de 2006 lamentaba que "muchas de las cosas que se han hecho han demostrado que hay quien no sabe gobernar, y la obligación básica de un gobernante es ser eficaz y saber gobernar cuando hay problemas". "Incompetencia, ineficiencia, demagogia y ocultismo", fueron algunos de los calificativos que entonces dedicó al bipartito.

En medio de las dos grandes olas de fuegos que amenazaron viviendas y dejaron víctimas mortales en la comunidad, la mecha prendió en pleno corazón de las Fragas do Eume. Fue en primavera de 2012, con el PP de nuevo en Monte Pío. Desde el PSdeG declararon entonces que la Xunta de Feijóo "ya tiene su Prestige" al demostrar "la misma irresponsabilidad, ineficacia y descoordinación" que el Ejecutivo central en el accidente del petrolero en 2002. De falta de "previsión, planificación e inversión" acusaron los socialistas a la Xunta por el fuego que asoló más de 750 hectáreas del parque natural. Los diputados gallegos del PSdeG reclamaron a Feijóo que asumiera "responsabilidades políticas" y le recordaron que "los incendios no se apagan con austeridad ni desmantelando dispositivos". Aunque entonces desde Madrid el PSOE reconocía las "muy adversas" condiciones meteorológicas, apuntaba Elena Valenciano a "fallos de coordinación", por lo que exigieron a la Xunta que abriese una investigación.

También en 2013, los socialistas gallegos advertían de que si no se invierte en prevención es "muy difícil" que, "a pesar de los medios que haya se pueda extinguir el fuego".

Hoy, la oposición quiere esperar a que se apaguen los incendios de este fin de semana negro para, luego, pedir responsabilidades.