Cuatro días después de que la ola de incendios del sur de Galicia convirtiese en un infierno Chandebrito, parroquia de Nigrán en la que murieron dos amigas, dos mujeres de 86 y 78 años, abrasadas en la furgoneta en la que huían de las llamas.

Allí, 16 policías nacionales de la comisaría de Vigo que acudieron voluntariamente para participar en las tareas de evacuación, pero sobre todo 10 de ellos, acabaron acorralados por el fuego. Dos de ellos, el subinspector Gabriel y el agente Marcos, relatan en primera persona una intervención que tardarán mucho y en olvidar.

"El día se hizo noche", explica el subinspector que dirigía el operativo en Chandebrito al que, como el resto de sus compañeros, acudió de forma voluntaria. Marcos, uno de los agentes que tuvo que volver cuando procedían a la evacuación al verse acorralados por las llamas describe gráficamente el terror que vivieron en la carretera de huída: "Era un túnel de llamas". Ambos coinciden en que ese día, sin la colaboración ciudadana todo habría acabado en una "tragedia mayor".

Cuando llegaron al lugar vieron que estaba "completamente rodeado de masa forestal", por lo que, ante los vientos fuertes que "hacían prever lo peor", empezaron a desalojar las viviendas más próximas a las llamas.Llamas de más de 20 metros

Cuando llevaban casi dos horas desalojando, ha indicado, la situación "empeoró" y vieron que las llamas rodeaban el poblado. Así, comprobaron posibles vías de escape, empezando por la carretera por la que habían accedido, por el Monte Alba, pero descubrieron que llamas de "más de 20 metros de altura" impedían su salida por allí: "Habíamos esperado demasiado" para evacuar.

Acto seguido, el subinspector vio a un todoterreno con agentes forestales, que le indicaron que el acceso de Fragoselo estaba "totalmente impracticable", por lo que "la única vía por explorar era la carretera de Camos". Fue así como una avanzadilla con estos bomberos y tres dotaciones policiales se metieron por esa carretera, mientras los demás aguardaban para saber si la carretera era viable.

Según ha explicado, cuando llevaban alrededor de un kilómetro bajando por esa carretera -que tenían que recorrer a una velocidad muy baja, para evitar salirse de la vía-, "la visibilidad era escasa pero se podía bajar", por lo que llamó por el equipo de telecomunicaciones a las dotaciones agrupadas para darles luz verde.

Miedo a "lo peor"

No obstante, rápidamente "la situación volvió a cambiar" y se encontraron "en un túnel de llamas", con fuego a los dos lados de la carretera y pavesas y hojas ardiendo que "volaban e impedían ver la carretera". Además, los vehículos "empezaron a resentirse" y les dio "miedo" que no respondiesen y "pasase lo peor".

Por eso, decidió volver a contactar con las cinco dotaciones policiales y les indicó que retrocediesen: "Es un infierno y no vamos a poder salir". Mientras éstas retrocedían, a la avanzadilla no le quedó "más opción" que seguir hacia adelante, pues también empezaron a caer ramas y árboles por donde habían pasado. "La única salida era ir hacia delante", ha remachado.

Y "vuelta al infierno"

Las cinco dotaciones que habían quedado en la retaguardia, así como los vecinos que se habían sumado con sus vehículos al convoy, recibieron el aviso después de haber recorrido un kilómetro, que se hizo "muy largo", por lo que tuvieron que hacer "bruscamente un cambio de sentido en una vía muy estrecha" y se encontraron con "un embotellamiento", ha explicado el agente Marcos.100 grados de temperatura

"La situación era de pánico brutal: Coches envueltos en llamas, el fuego entraba en horizontal por debajo por las rachas de viento, las temperaturas de los paneles marcaban casi 100 grados...", ha manifestado. En ese marco, ha indicado que un vehículo policial logró "ir abriendo vía", con señales acústicas para que la gente reaccionase, ya que "salir del vehículo habría sido vital".

Entonces, se emprendió el regreso, "caótico" y despacio, puesto que la vía es sinuosa, había baja visibilidad, con las llamas se había perdido la línea de la carretera y la percepción del entorno "por completo", y los neumáticos empezaban a arder. "Si había una salida de vía, la situación era vital", ha insistido.

Pese a que tuvieron "muchísima dificultad", llegaron a lo alto del poblado y se establecieron en "una zona con nula visibilidad y mucho humo" que, sin ser conocedores del terreno, consideraron la más segura. "Creíamos que sí, y a la postre fue así, pero seguíamos en peligro inminente, las cenizas incendiaban sitios cercanos y tuvimos que seguir evacuando a gente", ha apostillado.

Dos horas eternas

Durante dos horas, que "se hicieron eternas", aguantaron oxigenándose "dentro de los vehículos de vez en cuando para poder respirar", si bien comenzaron a sufrir síntomas de intoxicación -mareos, náuseas...- por la exposición prolongada al humo.

No obstante, sobre las 22,00 horas logró subir "con muchísimo peligro" el inspector de incidencias y además empezaron a respirar mejor "gracias al viento, que al principio iba en contra pero en ese momento ayudaba porque abría bolsas de aire". Pese a la mejoría en la situación, hasta las 00,30 horas "nadie pudo acceder" y ellos no pudieron salir de la zona.

Una vez que hubo una vía apta para salir, ha manifestado que dieron una vuelta por el pueblo y avisaron a los vecinos de que iban a proceder a la evacuación, por lo que particulares les acompañaron por la carretera, que aunque "seguía siendo peligrosa" ya no era "totalmente impracticable.

Preguntado por si las dos mujeres que fallecieron en una furgoneta atrapadas por las llamas iban en el convoy que por la tarde intentó escapar del lugar y tuvo que regresar, el agente ha considerado que "si pudiera haber ocurrido así", ya que cuando los efectivos policiales intentaron salir, muchos vecinos "con total raciocinio" y lógica, se sumaron a ellos.

En todo caso, en relación con esto, ha hecho hincapié en que los agentes velaron tanto por su seguridad como por la de los civiles, "pero las condiciones de visibilidad impedían que lo --controlasen-- todo".

"La Policía Nacional se persona allí para salvar vidas, olvidándonos de nuestra propia integridad y anteponiendo la de los vecinos, y lo que más nos duele es haber perdido esas vidas", ha incidido, antes de trasladar que lamentan "muchísimo" el fallecimiento de las dos mujeres. "Nos duele, es lo que más nos duele", concluye