La Fiscalía gallega encargó tras la ola de incendios de 2006 una informe sobre el perfil de los incendiarios en la comunidad. Fue el primer estudio hecho en España y el segundo a nivel mundial, tras el elaborado por Portugal. ¿Las conclusiones? Ni tramas ni grupos organizados. Detrás de los fuegos en los montes gallegos suele haber un varón, sin antecedentes policiales, dedicado principalmente a tareas agrícolas, residente en entornos rurales y en la misma localidad en la que se produce el incendio, con bajo nivel de estudios y actúa en solitario.

"Actúan sin cómplices; no pertenecen a ningún grupo. No hay tramas organizabas", sentenciaba el entonces fiscal superior, Carlos Varela, durante la presentación del informe. El estudio revelaba además que casi el 18% de los incendiarios actúan por intereses económicos, como pueden ser cambios en el uso del suelo o lograr un contrato para luchar precisamente contra las llamas.

Tan solo el 7% de los incendios son provocados por pirómanos y detrás del 20% están personas que padecen algún trastorno psicológico.