El pinchazo del ladrillo y la escasa inversión de las administraciones en obra pública han sumido al sector de la construcción en una guerra de precios para hacerse con un bocado de la cada vez más codiciada tarta de inversiones. Y en el ámbito de privado, la proliferación de empresas ilegales también pasa factura al sector en los proyectos de rehabilitación, captando más del 15% de las reformas.

El desplome de la obra pública desde el año 2008 ha llevado a las empresas a hacer ofertas a la baja para intentar hacerse con un contrato de la administración, con una media del 15% aunque en algunos contratos ya supera el 40%. Hasta hace el año pasado, ni las rebajas eran tan exageradas ni tan habituales. Pero cada vez más escasa licitación por parte de las administraciones metió en los concursos a grandes empresas, que si antes no competían por proyectos de menos de un millón de euros ahora también se presentan a obras menores.