El vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, negó ayer las acusaciones de descoordinación que un día antes lanzaron colectivos de los servicios de extinción y emergencias. "Una acusación de descordinación general y de que todo funciona mal no la podemos aceptar", respondió el número dos del Gobierno gallego, si bien reconoció "aspectos mejorables" y "momentos complicados".

La oposición cargó en bloque contra la gestión del Ejecutivo de Feijóo. Desde En Marea, Luís Villares, exigió un "un plan de choque ecológico urgente" para evitar que las cenizas lleguen a rías, ríos y acuíferos y lamentó el "abandono de la población" por parte de la Xunta. Sus políticas forestales durante 30 años son culpables de los fuegos, declaró el portavoz de Anova, Antón Sánchez. Xoaquín Fernández Leiceaga (PSdeG) consideró los cambios legales para mejorar la limpieza de montes un "reconocimiento de culpa claramente" de la Xunta por su deficitaria gestión forestal.