"Renovación y regeneración". Es la receta del nuevo PSdeG para consolidar un proyecto capaz de "integrar, escuchar y convencer". Tanto a nivel interno como a la ciudadanía. El abogado coruñés Pablo Arangüena, elegido el fin de semana vicesecretario y portavoz del PSdeG, es "consciente" de que hay una parte del electorado "desencantado "con el PSOE. "Lo queremos recuperar", proclama Arangüena, que apuesta por extender la renovación que empezó a nivel autonómico al ámbito provincial y al local. Admite que el PSOE de A Coruña "ha estado a la deriva" y que "debe encontrar el rumbo".

-De estas primarias se saca una lectura: la militancia se desmarcó del aparato y de las baronías. El voto en este proceso, ¿fue de castigo a la estructura orgánica del PSdeG o de aval a la hoja de ruta marcada por Gonzalo Caballero?

-Ambas cosas. Es evidente que ha habido tendencias orgánicas dentro del PSdeG que no han funcionado, han cansado y se han demostrado ineficaces. Eso se ha traducido en un voto negativo a esa forma de actuar. Y por otro lado, es indudable que con Gonzalo [Caballero] se ha abierto una nueva etapa. Ha recorrido las agrupaciones sin tener respaldo del aparato ni un cargo que le permitiera compaginar su vida profesional con esa tarea orgánica, sin estructura ni financiación detrás. Este camino se ha recorrido a base de entusiasmo e ilusión y ha demostrado que tiene discurso y capacidad de liderazgo.

-Caballero llamó a hacer del PSdeG un Ejército para promover el cambio en Galicia. ¿Se acabaron los tiempos sin disciplina interna en los que las agrupaciones camparon a sus anchas?

-Es una llamada a que se entienda que los tiempos de piezas que funcionaban al margen del conjunto se han superado. Las primarias han arrojado un resultado muy claro, ya no solo desde el punto de vista del margen que obtuvo sobre su rival sino teniendo en cuenta las circunstancias poco favorables en las que Caballero lanzó su candidatura. Ha sido contra viento y marea y eso da mayor autoridad al resultado. Al hablar de un Ejército, el mensaje que se lanza es que el partido tiene que funcionar como una maquinaria política bien engrasada. Los reinos de taifas se han acabado. Es un mensaje que toda la organización tiene que interiorizar.

-¿Se abrirán expedientes a esas "piezas" del PSdeG que se salten la disciplina de partido?

-La tensión entre la libertad de expresión y de opinión dentro de una organización y la necesidad de mantener cohesión y disciplina genera situaciones que pueden resultar equívocas. Si se pasan determinados límites, lo lógico es actuar. A lo mejor se ha relajado excesivamente la disciplina en ese sentido durante mucho tiempo. La disciplina debe conjugarse con esa libertad y la responsabilidad de cada uno, pero puede haber situaciones en las que sea necesario abrir expedientes.

-¿Con qué recetas trabajará la nueva ejecutiva para recomponer la unidad rota en el PSdeG?

-La receta fundamental es energía y capacidad de convicción. A partir de ahí, tenemos que combinar eso con la flexibilidad suficiente para propiciar entendimientos con las diversas estructuras del partido y ser capaces de integrar, escuchar y convencer. No se pretende imponer nada, sino transmitir esa energía y autoridad de Caballero.

-Sin integración de la candidatura de Villoslada, ¿se corre el riesgo de que se abran viejas heridas y emerjan de nuevo discrepancias internas?

-Es conocido que se ofreció a Villoslada formar parte del comité federal, el máximo órgano del PSOE. No se le podía ofrecer mucho más. La lógica de cuotas forma parte del pasado. Todos aquellos que quieran imponer cuotas a la nueva dirección se van a equivocar. El esfuerzo de integración se hizo. Pero para que haya integración tiene que ser recíproca, tiene que ser un ejercicio bilateral. ¿Eso puede generar una fractura del partido? La energía, el trabajo y la autoridad de la nueva dirección van a permitir que eso no sea así.

-Ya con la vista puesta en las elecciones municipales, ¿ve al PSdeG con opciones reales y con banquillo para arrebatar las alcaldías a las mareas, como en el caso de A Coruña?

-El PSOE tiene banquillo. Y sobre todo, tiene potencial. El electorado está esperando que el PSOE recupere energía y entusiasmo y que se produzca una renovación y regeneración en el partido. Si somos capaces de conseguir eso, el electorado en las ciudades responderá. Yo soy de una ciudad que conozco bien; el PSOE en A Coruña tiene potencial y los resultados electorales en las últimas convocatorias no lo reflejan.

-¿Habrá renovación en la lista de A Coruña para las locales?

-No puedo adelantar escenarios que todavía están por dilucidarse. La intención es propiciar una renovación y una regeneración. Ya se ha producido a nivel gallego, debe producirse a nivel provincial y también local. Eso dependerá de la voluntad de la militancia.

-¿Se apuesta por un candidato que ya está en la corporación o por la renovación total de la lista?

-Hay que redefinir el PSOE de A Coruña. Ha estado a la deriva durante mucho tiempo. Hay que encontrar el rumbo. Va a haber que sentarse y reflexionar. En ocasiones, las soluciones saltan por donde menos se esperan. El PSOE de A Coruña se ha desdibujado porque no ha sido capaz de afrontar procesos de renovación y no ha ofrecido durante años un proyecto sólido.

-Tras las municipales, ¿tenderán puentes con las mareas o apostarán por pactos con el PP?

-No estamos en ese escenario todavía. Lo que creo es que hay que redefinir la posición del PSOE en A Coruña. La Marea ha ocupado un espacio que le ha dejado ocupar el PSOE. Si el PSOE hubiera estado suficientemente fuerte y sólido, la Marea no ocuparía ese espacio. La Marea ha llegado más allá de sus posibilidades. El PSOE tiene que recuperar su electorado. En los últimos años se ha pensado más en los problemas internos que en ofrecer soluciones.

-¿Cómo se proponen recuperar el voto del electorado desencantado, que se quedó en casa en las autonómicas y/o municipales o buscó refugio en las mareas?

-Las mareas han recogido una demanda popular de renovación y regeneración democrática y de desencanto con las estructuras políticas tradicionales. Nosotros tenemos que ser capaces de demostrar y transmitir que esa renovación y regeneración la representa el nuevo PSdeG. Si somos capaces de hacerlo con ideas y contenidos, el PSdeG recuperará su espacio en lugares como en A Coruña, y en, desde luego, en Galicia. ¿Cómo hacerlo? Eso ya lo iremos concretando en la práctica. Estamos en una fase de renovación de las estructuras orgánicas del partido.