Vigo fue la primera ciudad gallega en aplicar restriccciones en el consumo de agua tras la activación de la alerta por sequía. Las medidas tomadas por el Concello ya han tenido resultados. La Concejalía de Limpieza cifra en 1,4 millones litros el agua que se ahorra cada jornada solo con la supresión de los riegos y el baldeo de calles. En una semana el volumen de agua que se ha dejado de gastar se eleva a casi 10 millones de litros y a esta cantidad habría que sumarle lo que se ha dejado de malgastar gracias a un mayor control de la red de abastecimiento y lo que han ahorrado los ciudadanos tras el llamamiento municipal a realizar un consumo responsable.

Los datos de los embalses por ahora siguen siendo malos y el nivel de ocupación arranca noviembre por debajo incluso de los registros del año 2011, último en el que fue necesario activar en Vigo el plan de emergencias por escasez de agua. Ahora mismo tanto Eiras como Zamáns se sitúan en niveles inferiores a los de hace seis años y las primeras lluvias de esta semana no serán suficientes para recuperar el nivel de los embalses que abastecen a Vigo y su área. Técnicos municipales y de la concesionaria Aqualia confían en que a lo largo del mes la situación se revierta. Si se registra un nivel de lluvia similar a la media de los últimos veinte años, unos 264 litros por metro cuadrado, "se revertiría la situación".

El balance de las dos últimas décadas permite a los técnicos ser optimistas, aunque las estadísticas más recientes no son esperanzadoras. En 2016, noviembre se cerró con apenas 127 litros por metro cuadrado repartidos en quince jornadas con precipitaciones y aún peor fue 2015 con un balance, según los datos de MeteoGalicia, de apenas 48,8litros. Ese ejercicio se batió un récord con solo seis días de lluvia en todo el mes y muy leve, una situación excepcional respecto a los registros de años anteriores.

Aqualia y el Concello realizan desde el jueves informes continuos con los resultados de las medidas de ahorro. Es necesario para argumentar ante la Xunta la petición de rebajar el agua expulsada desde los embalses hacia los ríos hasta el caudal mínimo. Luego hay que cruzar los datos con los de Augas de Galicia, de los cuales se autoriza o no esta medida prevista para cuando se entra en el siguiente nivel de alerta que es el de "escasez severa" y que equivale a tener suministro garantizado solo para 70 días. Por ahora Vigo tiene recursos para llegar hasta finales de enero.