El líder del PSdeG, Gonzalo Caballero, ha logrado el primer objetivo para que sus partidarios sumen esfuerzos y no los dividan entre diferentes opciones de cara a la pugna por dirigir el partido en Pontevedra en unas primarias fijadas para el 3 de diciembre. De los tres gonzalistas que aspiraban al puesto, quedan dos después de que Agustín Fernández, portavoz del partido en el concello de Pontevedra, se integrase en el proyecto de Eduardo Reguera, homólogo en Redondela. De vencer, este último será el líder provincial y el primero, responsable de Organización tras el acuerdo alcanzado ayer, según fuentes socialistas.

De momento, las conversaciones no han logrado que siga el mismo rumbo el alcalde de Ponte Caldelas, Andrés Díaz, que mantiene su deseo de alcanzar el cargo. Enfrente de estas dos vías a favor del nuevo secretario xeral se encuentra David Regades, edil de Vigo y uno de los estrechos colaboradores del regidor olívico, Abel Caballero.

Las primarias para designar secretario xeral fueron el primer paso de un proceso de renovación interno en el PSdeG, al que siguen las estructuras provinciales, primero, y municipales, después. Gonzalo Caballero quiere situar a sus afines para evitar contrapesos al proceso de cambios que ha prometido acometer. De hecho, ha señalado en numerosas ocasiones a las direcciones provinciales como estructuras caducas y prevé recuperar las agrupaciones comarcales como contrapeso.

La dirección pontevedresa se encuentra en manos de Santos Héctor, edil vigués y afín alcalde de Vigo. Otro de sus colaboradores de mayor confianza, David Regades, ha anunciado su candidatura. Por su parte, Gonzalo Caballero pretende plantar batalla con una sola lista para evitar que sus votos se dividan, consciente del éxito de esa fórmula, aplicada en las primarias autonómicas cuando Xoaquín Fernández Leiceaga, segundo en avales, se retiró de la competición y lo apoyó a él. Andrés Díaz fue el primero en mostrar su deseo de capitanear el partido en Pontevedra y después le siguió Fernández. A la terna se unió Reguera. Ante esa situación, Caballero trató de reducir a una única lista la que llevaría el distintivo de gonzalista.