El presidente de la Confederación Hidrográfica Miño Sil (CHMS), Francisco Marín, ha hecho cuentas de la cantidad de lluvia que tendría que caer hasta el 31 de enero para que la cuenca abandonase la situación de alerta por sequía en la que está desde principios de octubre. Marín reconoció ayer que para que se volviese a una "situación de normalidad" tendría que llover "entre 650 y 700 litros por metro cuadrado" en los próximos tres meses. Sin embargo, acto seguido reconoció que se trata de una cantidad difícil de recoger porque se sitúa muy por debajo de la media de precipitaciones habituales en esta época de año.

Para hacerse una idea de la lluvia que es necesaria, el responsable de la CHMS, que abarca buena parte de las provincias de Lugo y Ourense, además de la de León, explicó que si el pasado año hidrológico (entre el 1 de octubre de 2016 y el 30 de septiembre de 2017) fue "malo", con un 42% menos de precipitaciones, los 40 días del nuevo año hidrológico "son peores" porque "ha llovido 42 litros por metro cuadrado, cuando lo normal sería haber superado los 170".

A pesar de los datos, Marín descartó que la Confederación entre en situación de emergencia porque "el abastecimiento a la población sigue atendido" y no hay ningún problema "a medio y corto plazo". Sin embargo, señaló que "de mantenerse la situación" podría haber problemas en los usos secundarios de las aguas para aprovechamientos hidroeléctricos, usos industriales o para la próxima campaña de regadío.

En este último apartado recordó que las principales comunidades de regantes de la CHMS se encuentran en León, donde "de momento no hay previsión de que tengan que sufrir restricciones importantes" en el caso de que el año hidrológico "sea similar" al pasado. Solo las ciudades insistió en que "no hay riesgos" en el abastecimiento de los núcleos importantes de población, aunque sí los hay en pequeños municipios que no se abastecen de agua de embalses.

Marín recordó que para hacer frente a estas dificultades están activadas "autorizaciones temporales" para concesiones "no solo de abastecimiento a usuarios, sino para complementar concesiones que no son suficientes", a través de captaciones temporales "como es el caso de los ganaderos".

Emergencia en Vigo

Por otra parte, el Concello de Vigo, que ha activado el plan municipal de emergencias para situaciones de sequía, puede entrar en la fase de escasez severa a principios de diciembre, si se mantiene la actual progresión de consumo y no llueve.

Caballero hizo un llamamiento para seguir ahorrando "el máximo de agua posible" y urgió a la Xunta a que acometa "sin dilación" las obras de construcción de un azud (un pequeño trasvase) entre los ríos Oitavén y Verdugo y que reduzca el caudal ecológico de salida de las presas.