Ante la llegada de la temporada invernal y el empeoramiento de las condiciones climatológicas que hacen que el neumático sea un elemento de seguridad aún más clave en el vehículo, la agrupación de Tráfico de la Guardia Civil en Galicia llevó a cabo esta semana durante dos días una campaña intensiva de vigilancia y control de las ruedas . Los agentes revisaron 13.003 vehículos en la comunidad, de los que 288 presentaban los neumáticos excesivamente desgastados, lo que supone un 2,2% del total.

Los controles se realizaron en los tramos de mayor concentración de accidentes en base a las estadísticas de los últimos años. De hecho, el riesgo de sufrir un accidente mortal por tener las ruedas en mal estado se dispara y sobre todo, con mal tiempo, con la lluvia, el granizo o las heladas. De los más de 11.000 siniestros de circulación registrados el año pasado en las carreteras gallegas en casi el 2% uno de los factores determinantes de la salida de vía o colisión fue el deterioro de las ruedas.

La mayor parte de las infracciones se concentraron en la provincia de A Coruña con 82 vehículos denunciados de los 1.334 controlados, un 6,1% del total. El porcentaje también se sitúa por encima de la media autonómica en Pontevedra: 36 denuncias de 1.386 revisiones. En Lugo la incidencia de las infracciones ronda el 2% y en Ourense no llega el 1%.

En cifras absolutas, sin embargo, la provincia lucense ostenta el mayor número de vehículos propuestos para sanción, ya que los 155 casos representan casi el 54% de las denuncias en toda la comunidad, aunque también acapararon siete de cada diez comprobaciones con 8.580. El dato más bajo, por el contrario, se dio en la provincia ourensana con 15 infractores, a pesar de que ocupa el segundo puesto en el número de controles con 1.703, por delante de los 1.386 realizados en Pontevedra y los 1.334 vehículos parados en las carreteras coruñesas.

La Guardia Civil de Tráfico destaca que uno de los vehículos en los que los agentes encontraron graves deficiencias en los neumáticos era un camión de autoescuela que en el momento de la verificación llevaba un alumno a bordo que estaba realizando una clase práctica de conducción.

Circular con las ruedas dañadas acarrea una multa de 200 euros por cada cubierta que no cumpla las condiciones. El defecto más común es llevar la profundidad de toda la banda de rodadura del neumático por debajo del mínimo legal de 1,6 milímetros aunque a veces se detectan también desgastes irregulares debido a una suspensión o alineación incorrectas o a una presión errónea. Por eso, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil recomienda revisar de forma periódica la profundidad de esta banda y la presión, aplicando las recomendadas por el fabricante, ademas de verificar la dirección y la suspensión de vehículo y, de cara al invierno, usar el alumbrado de cruce.