El debate territorial se ha convertido en el nuevo escenario en que los integrantes de En Marea han evidenciado unas diferencias que dificultan un posible entendimiento de cara a las elecciones municipales de 2019, próxima cita electoral prevista. Mientras Anova defiende el referéndum catalán y se ciñe al programa electoral del partido instrumental en el que reivindica el "derecho a decidir", Podemos ha optado no solo por censurar el 1-O, sino que impulsará una ruta con el lema Conectar España. La fractura es asumida de puertas adentro por diversos actores, según las fuentes consultadas.

La líder de Podemos en Galicia, Carmen Santos, presentó ayer la iniciativa de su partido durante las próximas semanas, consistente en la organización de debates en las principales ciudades y localidades con un lema que evidencia su apuesta por la unidad territorial del Estado: Conectar España: plurinacionalidad, solidaridad, fraternidad. Uno de los invitados será el profesor Ramón Maiz, exresponsable de la extinta fundación Iniciativas XXI, think tank del PSdeG de Touriño.

A pesar de ello, Santos defendió la equiparación de Galicia a Cataluña y Euskadi en el debate generado tras el intento de declarar la independencia por parte de la Generalitat y la suspensión de su autonomía política, como respuesta, aplicada por el Gobierno central tras el aval de PP, PSOE y Ciudadanos. "Que no sea independentista no significa que no queramos estar en el centro del Estado", explicó la también viceportavoz de En Marea, informa Europa Press. "Galicia es una de las tres nacionalidades históricas y tiene que estar en el centro del debate territorial", añadió antes de abogar por una reforma "que mejore la vida de la gente".

La cuestión catalana ha agrandado las brechas en el espacio de la confluencia, que de facto funciona como una coalición y no como partido instrumental. El Parlamento ya mostró la disparidad de opiniones recientemente, cuando cuatro de sus 14 diputados, entre ellos tres de Podemos, incluida Santos, y Eva Solla, máxima responsable de Esquerda Unida, rompieron la disciplina de voto para no avalar una propuesta de BNG en el debate sobre el estado de la autonomía. Además de condenar la violencia policial el 1-O, el texto pedía "respetar la voluntad expresada de manera clara por el pueblo catalán en el referéndum convocado al efecto". La redacción era ambigua y podía interpretarse como un apoyo al resultado, que avala Anova, o a la propia demanda de una consulta que la Policía trató de impedir.

El debate sobre la postura de En Marea tensó la situación interna, donde Anova mantiene su discurso nacionalista y Podemos marca distancias. En su programa electoral, En Marea "reconoce el carácter nacional de Galicia y el derecho de la ciudad a decidir libremente [?]". "Queremos que ese derecho a decidir se ejerza para construir, sobre bases de estricta igualdad, un marco de convivencia entre los diferentes pueblos peninsulares", recoge.