El plan de la Xunta para erradicar los 52 puntos negros detectados en las carreteras autonómicas antes de que finalice el año 2020 ya está "en marcha", confirmó ayer la conselleira de Infraestruturas e Vivenda, Ethel Vázquez, quien detalló que la primera fase de esta estrategia permitirá actuar en ocho vías que transcurren por 15 ayuntamientos a través de una inversión de 7,5 millones.

En esta primera fase se eliminarán un total de 21 puntos negros. De ellos, 18 se localizan en la provincia de Pontevedra, por tres en A Coruña.

Según los datos facilitados por Ethel Vázquez, 40 de los 52 tramos de concentración de accidentes se ubican en la provincia pontevedresa, mientras 11 aparecen en la coruñesa y solo uno en la de Lugo. En las carreteras autonómicas de Ourense, por su parte, no figura ningún trecho de estas características.

En cuanto a la primera fase, en la que se ejecutarán 16 proyectos, todos ellos están "en redacción", de modo que podrán llevarse a cabo entre 2018 y 2019. La segunda fase (con cuatro obras en carreteras, dos sendas y 19 actuaciones menores) se irá desarrollando en paralelo, con el objetivo de que los trabajos puedan concluirse a lo largo de 2020. La inversión total alcanzará los 12,3 millones.

90 kilómetros

Esos fondos, como señaló la conselleira, permitirán actuar en unos 90 kilómetros que apenas suponen el 1,6% de la red autonómica pero que concentran cerca del 18% de los accidentes de tráfico que se producen en las carreteras de titularidad de la Xunta. Se trata, fundamentalmente, de colisiones (en 2016 fueron el 49% de los siniestros), salidas de vía (29%) y atropellos (7%).

El director de la Axencia Galega de Infraestruturas destacó el caso de Pontevedra, donde el 1,2% del trazado que suponen los puntos negros registra casi un tercio de los sucesos.

Las carreteras PO-308 y PO-552 figuran entre las que más preocupan a la Xunta, como concretó Menéndez, quien no ocultó que las zonas con mayores problemas se encuentran en el sur de Pontevedra.