La primera cumbre a tres bandas entre los gobiernos de Galicia, Asturias y Castilla y León consensuó ayer en Oviedo la reivindicación de una financiación autonómica "sin privilegios", sin quitas de la deuda para las autonomías que menos se apretaron el cinturón y la exigencia de una negociación multilateral donde se tenga en cuenta la voz de las comunidades autónomas, más allá de la posición de los grandes partidos.

Los acuerdos ante la "urgente" reforma del sistema de financiación conformaron la columna vertebral de la declaración suscrita por los presidentes de Galicia, Alberto Núñez Feijóo; de Asturias, Javier Fernández; y de Castilla y León, Juan Vicente Herrera.

El inminente inicio de una negociación política donde las autonomías se juegan entorno al 70% de los recursos para financiar los principales servicios públicos dio a pie a una detallada declaración de intenciones que, en la práctica, define la hoja de ruta de los responsables de las tres consejerías de Hacienda ante la negociación que tenga lugar en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera.

La garantía de la prestación de servicios similares en todas las autonomías, al margen de la capacidad fiscal de cada comunidad; la elaboración de un catálogo de servicios con financiación garantizada para las prestaciones y una especial atención a los gastos de la ley de Dependencia y de la sanidad, figuran entre las inquietudes prioritarias de las tres autonomías, dos gobernadas por el PP (Galicia y Castilla y León) y una por el PSOE (Asturias).

Feijóo incidió en que "no puede haber ciudadanos de primera o de segunda", mientras el presidente castellano leonés, Juan Vicente Herrera, señaló que la futura financiación debe reflejar "la igualdad esencial de todos los españoles". El anfitrión, Javier Fernández, abundó en la misma línea argumental. "Yo no quiero una España donde el nacimiento en una u otra comunidad determinen de forma decisiva la sanidad, la educación o los servicios asistenciales que reciba cada ciudadano", suscribió el presidente del Principado.

Los presidentes de las tres autonomías del Noroeste, que suman más de 6 millones de habitantes y más de una cuarta parte de la superficie del país, lanzaron desde Oviedo un mensaje rotundo en contra de "negociaciones a la carta" del sistema de financiación, con motivaciones territoriales o fines partidistas. "No caben negociaciones unilaterales ni bilaterales de problemas que nos afectan a todos", valoró el presidente de la Xunta, que también advirtió de que "no sería razonable" que los grandes partidos no oyeran a los presidentes de las comunidades autónomas en esta proceso.

El presidente de la Xunta reconoció que el reto demográfico, otro de los puntos sobre el que pivotó la primera "cumbre" de presidentes del Noroeste, tiene una estrecha relación con el debate sobre la financiación autonómica y aprovechó para anunciar uno de los acuerdos suscritos ayer: la petición de un nuevo tramo de edad para el gasto sanitario, que tenga en cuenta la cobertura a los mayores de 85 años. "No es lo mismo el gasto sanitario de un joven de 15 años que el de un mayor de 85. Es exponencial el gasto sanitario de nuestros mayores y no sería razonable disminuir los recursos de nuestros mayores cuando han sido ellos los que han creado el mejor sistema sanitario de Europa", argumentó Núñez Feijóo. El grado de consenso entre Galicia, Castilla y León y Asturias también fue grande en el reparo a las quitas de la deuda autonómica, sugeridas por el ministro Cristóbal Montoro en el marco de la futura financiación y prometidas por el socialista Miquel Iceta en el fragor de la campaña electoral del 21-D. "Las diferencias en el volumen de la deuda no se corresponden con una eventual mejor o peor financiación relativa, asignada por el actual sistema y las medidas que se adopten deberán respetar una igualdad de trato entre todas las autonomías", recogió la declaración firmada por los presidentes autonómicos como colofón de la cumbre.