Tras cuarenta días en prisión provisional Miguel Ángel M.M., el primer detenido tras la ola de incendios de octubre, considera que ha tocado fondo y se encuentra a tratamiento médico por una depresión que al parecer, ya arrastraba.

"Yo fui al único que cogieron y conmigo han querido dar un escarmiento", asegura dolido por la situación vivida. "Soy una persona con trabajo, con raíces, una familia. Encendí un pequeño fuego en mi finca para asar unas castañas y un chorizo. Hice mal, pero no soy un terrorista. Se quemó una hectárea, que era de la familia, mientras ardía casi toda Galicia y la juez me envió a prisión", explica impotente ante lo ocurrido.

Su arresto por la Guardia Civil, cuando él ya se había presentado en el cuartel; el tratamiento recibido y su estancia en el calabozo "con una botella para mexar", le han marcado, igual que la estancia en el centro de internamiento de Pereiro de Aguiar.