Cada día se seca un pozo, según las empresas de sondeos, que tienen una lista de espera de más de un mes. "Estamos acudiendo primero a lo más urgente y llegamos en una o dos semanas. Pero si todavía les queda algo de agua la espera es de más de 30 días", explica Alicia Comesaña, gerente de una empresa de sondeos.

Los pozos que se están secando son los más antiguos, que solo tienen unos 14 o 15 metros de profundidad. Y, según explica Comesaña, son la práctica mayoría. La situación se agrava cuando estas viviendas no tienen acceso a la traída municipal. "Son muchos casos y ahí ya no se puede contar con el Concello para buscar una solución", señala.

Estas viviendas optan por construir un segundo pozo, esta vez de barrena que permite buscar agua a mayores profundidades (40-80 metros). Eso sí, cuesta de media unos 3.000 euros.

La gerente de esta empresa relata la situación desesperada de muchas familias, que se han quedado sin agua. "Muchos tienen agua cero, tienen que andar con garrafas. En ocasiones, se van a duchar o a lavar la ropa a casa de familiares o vecinos hasta que nosotros lleguemos", explica. En algunas parroquias los vecinos que aún tienen algo de agua en sus pozos comparten con los demás hasta que dure.

"Cada día hago unas seis visitas diarias a clientes que han solicitado un presupuesto", explica la gerente de esta empresa que lamenta que con frecuencia se tienen que enfrentar al "enfado" por la larga espera que hay para perforar nuevos pozos. Eso sí, una vez llegan a la vivienda en uno o tres días dejan el nuevo pozo listo y disponible. En ocasiones tienen que hacer hasta cuatro agujeros para encontrar agua.