El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, reconoció ayer que la Archidiócesis trabaja para conseguir que el papa Francisco visite Galicia con motivo del próximo Año Santo, en 2021.

"En ello estamos", respondió Julián Barrio a una pregunta sobre la posibilidad de que el Papa visite Compostela en el Xacobeo 2021, aunque admitió que "por el momento no hay nada concreto que comunicar".

Durante su participación en un desayuno informativo del Fórum Europa Tribuna Galicia, el arzobispo se mantuvo prudente al indicar que decir algo "sería una mera especulación", aunque afirmó que se están realizando gestiones y que el Papa "está siempre invitado".

Barrio habló sobre la preparación "constante" del Año Santo 2021, un "gran acontecimiento" en el que la iglesia trabaja "como la fina lluvia que en el día a día no se percibe, pero que está ahí". Aún así, el arzobispo compostelano apuntó que, dada la relevancia creciente del fenómeno de la peregrinación, "cualquier año es Año Santo en Santiago". "La realidad es que, para nosotros, desde el punto de vista espiritual, es una satisfacción constatar el gran número de peregrinos con los que nos encontramos cada año", dio Barrio. Sobre este aumento de peregrinos, el arzobispo explicó que el actual es "un momento en el que la persona está en una situación de búsqueda", lo que incrementa fenómenos como los de la peregrinación.

A preguntas de los asistentes sobre la posibilidad de administrar sacramentos por vía telemática, Barrio lo rechazó al indicar que "la presencialidad es algo que dignifica a la persona". "El sacramento tiene una relación vinculada a la persona, presencialmente. La distancia, en ese sentido, aquí no funciona", aseguró.

El arzobispo de Santiago apuntó que las obras de restauración de la catedral compostelana "van razonablemente bien" de cara a la celebración del Año Santo Xacobeo de 2021.

Barrio explicó que, pese a que puedan surgir imprevistos, espera que el templo compostelano luzca su "espléndida imagen" de cara a esta conmemoración.

Barrio sostuvo que el "empobrecimiento espiritual, intelectual y moral" de la sociedad forma parte del precio pagado por el progreso a toda costa, que ha propiciado un sistema de "falsa creatividad" bajo el paraguas de un "amplio pluralismo, religioso, moral y espiritual".