Dos años y medio después de arrancar las obras de ampliación del puente de Rande y con un final a contrarreloj, ayer se abrieron al tráfico los dos nuevos carriles. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, presidió la inauguración de la ampliación, que han tenido un coste de 191 millones. En su intervención, recordó que la ampliación se inició con el gobierno de Zapatero y calificó de excelente noticia la apertura del puente, "una infraestructura enormemente productiva por su retorno social y económico". Destacó también que se trata de una obra de ingeniería extremadamente compleja "que demuestra el liderazgo en ingeniería".

Durante su intervención, Rajoy justificó estas obras porque el puente de Rande "se queda pequeño", ya que su actual intensidad media de circulación ronda los 60.000 vehículos diarios. Estas obras, junto con la ampliación de la autopista a su paso por Santiago, se regularon en un convenio firmado en 2011 entre el entonces ministro José Blanco y Audasa, y en el que se establecía que la concesionaria recuperaría la inversión con un incremento del peaje del 1% anual acumulativo durante 20 años.

El actual titular de Fomento, Íñigo de la Serna, tras las críticas suscitadas al conocerse que el peaje se incrementará un 3,8% a partir del lunes (el 1% recogido en el convenio, más un 0,9% para recuperar las bonificaciones de los viajes entre Vigo y Pontevedra, más el 1,9% del IPC), matizó que solo se aplicaría la subida del IPC al empezar el año, mientras que el resto de incremento se concretará en un añadido al real decreto de aprobación de las obras, que debe ser informada por el Consejo de Estado y aprobada en Consejo de Ministros, en un plazo sin determinar.

Rajoy también anunció que el Ministerio de Fomento ha aprobado ya el proyecto de construcción del llamado enlace orbital de Santiago, que conectará la AP-9 con la A-54 y el aeropuerto de Lavacolla.

El presidente del Gobierno hizo este anuncio al hilo del repaso a las actuaciones que su administración están desarrollando en Galicia en materia de infraestructuras.

Según recordó, el Ejecutivo ha realizado o tiene en marcha actuaciones en los viales gallegos por valor de casi 800 millones (circunvalación de Santiago o el enlace del Gaiás con la autopista, A-54). También incidió en que el Gobierno mantiene su "compromiso firme" con el AVE entre Galicia y la Meseta, para acabar el corredor de alta velocidad en 2019.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien recordó en su intervención al trabajador "tristemente fallecido" en las obras, en julio pasado, proclamó que la ampliación de la autopista y del puente es una actuación "fuertemente demandada y largamente esperada" por la Galicia atlántica.

No obstante, apuntó que la satisfacción por su entrada en servicio contrasta con el rechazo a la forma en la que el gobierno socialista planificó las obras, "decidiendo que se financiaran exclusivamente con incrementos de peaje".

Una vez rematado el grueso de los trabajos (quedan obras de asfaltado en el tablero central del puente que se harán los primeros meses de 2018 ), Feijóo pidió a la empresa concesionaria que tenga "especial sensibilidad y diligencia" con los trabajos de reposición y mejoras que se acometerán en la parroquia redondelana de Chapela. En su intervención Feijóo no hizo ninguna mención al traspaso de la autopista a la Xunta.

La ampliación de capacidad de la AP-9 se ha desarrollado en un tramo de casi 6 kilómetros, entre O Morrazo y la entrada a Vigo por Teis. El coste de los trabajos ha ascendido a 191 millones (incluyendo obras, expropiaciones, asistencias técnicas, control y redacción del proyecto), de los que la mayoría se invirtieron en el puente de Rande.

Con la construcción de los carriles adicionales, el puente aumentará en un 42% de capacidad, pasando de 4.500 a 6.400 vehículos por hora. Además, en la estructura del puente se han dispuesto tres zonas de conexión para, en caso de que fuera necesario, desviar tráfico entre los carriles nuevos y los centrales.

En las proximidades del lugar del acto de inauguración, al que declinaron asistir los alcaldes del entorno (excepto el regidor de Vigo, Abel Caballero, que acudió con varios concejales), se concentraron varias personas convocadas por el BNG, que exhibían pancartas en las que reclamaban una AP-9 "gallega y sin peajes".