El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, reivindicó el modelo de convivencia de Galicia como contraposición al independentismo de Cataluña que, con sus acciones de los últimos meses, ha "atentado gravemente" contra la Constitución y, por lo tanto, contra el propio Estatuto de Autonomía de Galicia.

Feijóo advirtió de que la deriva soberanista no puede quedarse, además de sin las "inevitables" repercusiones jurídicas, sin consecuencias también políticas, sobre todo ante los "previsibles" debates sobre la reforma constitucional, la revisión del modelo territorial y la financiación autonómica. "La deslealtad no puede ser premiada mediante una financiación a medida o proyectos que no garanticen el respeto a la ley", avisó el titular del Gobierno gallego en el discurso de Fin de Año.

Ante este escenario previsible de reformas de calado, Feijóo sostuvo que Galicia, "como nacionalidad histórica", tendrá una participación "singular" y que sus reivindicaciones se plasmarán de forma "clara, responsable y serena", con la convicción de que se tendrán que incorporar "las amargas lecciones de los recientes acontecimientos de Cataluña", en referencia a que esta comunidad no podrá obtener un trato de privilegio en el nuevo modelo de financiación autonómica.

"Frente a un patrón de conflicto permanente, Galicia ofrece una modelo en el que la autonomía se concibe como una parte esencial de un Estado que es tan gallego como español. En Galicia se puede confiar; es un país de palabra", destacó tras advertir de que emprender un proceso de revisión de las cuentas de las comunidades autónomas no equivale a destruir. "Avanzar supone financiar como es debido los servicios que distinguen un moderno Estado de Bienestar. No se financian 17 territorios, sino 47 millones de personas, porque son las personas y no los territorios los que financian el Estado y poseen la soberanía nacional", declaró.

En el discurso, de unos diez minutos y emitido a mediodía del pasado domingo, Feijóo destacó que Galicia "acierta" cuando se aleja de ideas que en otros territorios provocaron cismas y desconfianza y cuando tiende "puentes" con el resto de España, con Europa y con el mundo. Aseguró que "el modelo gallego tiene resultados" y que la economía de Galicia "crece porque aumenta la confianza", gracias a la reducción del déficit público y al aumento de las exportaciones. Con todo, confesó que el desempleo sigue provocando "desasosiego" pero que, dice, el paro "disminuye porque los inversores apuestan por Galicia y no huyen".

El discurso de Feijóo fue reprobado con intensidad por la oposición parlamentaria. El portavoz de En Marea, Luís Villares, ironizó con que el presidente termina el año como lo empezó, "engañando a la gente", al tiempo que expresó su deseo de que 2018 "traiga esperanza y suerte porque la confianza en Feijóo se quemó en 2017".

Villares vio a un titular de la Xunta "cobarde" que "se esconde con Cataluña para no mostrar su insignificancia" en el debate sobre el nuevo modelo de financiación autonómica o en el ámbito de las infraestructuras. En esta línea, incidió en que el jefe del Ejecutivo autonómico "no se da cuenta de la realidad" y usa el "supuesto terrorismo incendiario del que no existe prueba de ningún tipo" para tapar "su propia incompetencia".

El secretario xeral del PSdeG-PSOE, Gonzalo Caballero, sostuvo por su parte que el mensaje de Fin de Año de Feijóo se caracterizó por "el triunfalismo, la autocomplacencia y el autobombo". "Olvida los problemas de la Galicia real para recrear una situación idílica que no es en la que viven las familias gallegas", declaró el líder del PSdeG, que cree que los gallegos no pueden "verse reflejados" en el "discurso oficialista" de Feijóo.

Así, lamentó que el balance económico ofrecido por el mandatario "olvide el conjunto de dificultades que padece un país con bajos salarios y pensiones, recortes en los servicios públicos, mayor exclusión y una preocupante desigualdad".

La viceportavoz parlamentaria del BNG, Olalla Rodil, reprochó que el discurso haya sido "el del delegado territorial de Mariano Rajoy en provincias" en lugar del de "un verdadero presidente de la Xunta". Rodil vio un intento del titular del Gobierno gallego por "construir una realidad propia" e "irreal" basada en "la propaganda". "Con sus palabras describe su Arcadia feliz, se enorgullece de salir de la crisis sin roturas cuando en nuestro país crece la precariedad laboral y la desigualdad social como consecuencia de sus políticas y su sumisión al gobierno de Rajoy", censuró.