"La solución a la crisis demográfica es económica. La despoblación de Galicia no es el problema, es el síntoma de otros problemas, por ejemplo el económico", sentencia el profesor de Sociología de la Universidade de Vigo, Alberto Saco, quien además advierte de que la receta para frenar la sangría de habitantes no pasa por cheques o sucedáneos de cajas finlandesas. "Empleos y de calidad con servicios que faciliten la conciliación familiar y laboral", son la clave, insiste Alberto Saco.

Saco, que es pesimista y critica que hasta el momento, esta y anteriores administraciones, han impulsado "medidas coyunturales, no estructurales", propone "cambiar el modelo productivo de Galicia, reordenar el territorio y poner en valor el rural". "En el interior de la comunidad queda mucha riqueza por explotar, el sector agroalimentario tiene un gran potencial, queda mucho por producir y eso atraería inmigrantes", explica este profesor del campus de Ourense.

Saco apunta que la comunidad si quiere revertir la tendencia negativa debe captar inmigrantes porque las generaciones más jóvenes no tienen capacidad para dar por sí solas la vuelta a la situación y además no tienen intención. Es una cuestión de mentalidad cultural y social. Uno quiere tener el número de hijos que le permita seguir disfrutando de

la vida y no convertir su existencia en una carrera de obstáculos, expone.

Alberto Saco añade que no hay soluciones a corto plazo, se necesita un plan integral a medio y largo plazo acordado por todo el arco parlamentario. "Si no, estamos abocados a la decadencia, si seguimos así, también perderán población las ciudades", avisa.