Lluvias intensas y continuas. Las condiciones meteorológicas de las últimas semanas han aliviado las deficitarias reservas a las que habían llegado los embalses de abastecimiento de la comunidad tras cinco estaciones consecutivas con escasez de precipitaciones. Estos niveles llevaron a decretar la alerta por sequía en toda la comunidad en pleno mes de diciembre pese a las medidas de ahorro puestas en marcha por los concellos a instancias de la Xunta. Las lluvias de las últimas semanas han permitido a las presas de la demarcación Galicia-Costa, gestionada por el Ejecutivo autonómico y que incluye 9 embalses de abastecimiento -entre ellos el de Cecebre-, alcanzan el 74,15% de su ocupación, cinco puntos más que el nivel que tenían hace un año (69,23%) y que supone un 7% más que el volumen registrado entonces -47,17 hectómetros cúbicos en la actualidad frente a los poco más de 44 de enero de 2017-.

En solo una semana, los embalses que abastecen las ciudades de la cuenca Galicia-Costa elevaron su ocupación en 7,4 puntos, lo que supone un 11% más que el agua almacenada hace siete días. Ante lluvia que dejaron los dos últimos temporales en la comunidad gallega, la Oficina Técnica da Seca, de la que forman parte Augas de Galicia, la Consellería de Medio Rural, la Axencia Galega de Emerxencias y MeteoGalicia, se reunirá este viernes para analizar el estado del caudal de los ríos y la ocupación de los embalses y así decidir si finalmente se levanta la alerta por sequía que hace un mes se activó en toda Galicia. En la última reunión, celebrada el 18 de diciembre, los técnicos acordaron mantener la alerta por sequía ya que entonces l caudal circulante de los ríos todavía estaba un 52% por debajo del caudal histórico propio para esa época.

En Galicia, las primeras señales de alarma saltaron ya en los noventa. En solo dos décadas, el agua disponible en los ríos gallegos disminuyó un 15% debido al cambio climático. La subida de las temperaturas y una atmósfera más caliente están detrás de la merma de los recursos disponibles, en la que también influye el aumento de la demanda, según recoge el informe de Ecologistas en Acción Consecuencias del cambio climático sobre la disponibilidad de agua en España, tras la firma del Acuerdo de París.

El paso de Ana y Bruno por la comunidad elevó el nivel de los embalses gallegos. Ninguno está por debajo del 60% de su capacidad. Las presas que abastecen Pontevedra y Baiona registran la ocupación más alta, con un 99,36% y un 93,56%, respectivamente. Las reservas menos voluminosas están en Beche (Abegondo), con el 65,17% de ocupación y Cecebre (A Coruña), con un 61,82%. No obstante, el nivel alcanzado por el embalse de Cecebre esta semana se convierte en el más elevado desde el año 2014. Entonces, la presa que abastece la ciudad de A Coruña tenía una ocupación del 62,6%.