Los agricultores gallegos contratan cada vez más servicios externos a la explotación, aunque durante la crisis se ha ralentizado esta tendencia, según un trabajo realizado por los profesores de la Universidade de Santiago Ángeles Pereira y Xavier Vence.

El informe, publicado en la Revista Galega de Economía, bajo el título Pautas de terciarización del sector agrario gallego: una aproximación empírica, destaca la creciente utilización de servicios en el sector agrario durante la década de los 90 y una disminución en los años más recientes, que coincide con la recesión económica. Por ejemplo, en 2008 los gastos en servicios externos alcanzaron los 121,8 millones y en 2011 cayeron hasta los 78,9. Además, son las explotaciones de mayor tamaño de la comunidad las que más recurren a la externalización de actividades.

Según el informe, esta terciarización constituye "una respuesta adaptativa del sector a los complejos cambios de mercado, sociales e institucionales". Y mencionan cinco tipos de factores que influyen en esta práctica: económicos, tecnológicos, laborales, sociales e institucionales y de mercado.

  • Factores económicos. En un contexto de fuerte competitividad, las explotaciones buscan reducir sus costes de producción, "substituyendo costes fijos por otros de carácter más variable" (servicios de maquinaria, contratación eventual...).Además, la creciente especialización de la producción agrícola y la intensificación lleva a un mayor número de tareas reiterativas y "también a picos de actividad que facilitan la contratación externa".Y por el contrario, una estructura diversificada de la producción "también necesita contratistas agrarios que aporten flexibilidad".
  • Factores tecnológicos. La incorporación de innovaciones en muchos casos solo es posible para las pequeñas explotaciones a través de la contratación de servicios externos.Además, la continua innovación y evolución tecnológica del sector se basa en nuevas competencias (conocimientos y habilidades), "por lo que la especialización funcional y el expertise adicional a menudo depende de agentes externos".
  • Factores laborales. "La notable caída de la ayuda familiar en las explotaciones y la extensión de la agricultura a tiempo parcial, que tienen que ver con la oportunidad de trabajo fuera de la explotación, conducen a una mayor demanda de servicios externos", aseguran los profesores.
  • Factores sociales. Los trabajadores ocupados en el sector agrario "desean estilos de vida contemporáneos, con horarios regulares y períodos de descanso", afirman. Por eso se contrata a agentes externos para la realización de trabajos no esenciales de la explotación o para la substitución en períodos determinados o emergencias.En otros casos, la edad avanzada de muchos dueños de explotaciones les impide ocuparse de las tareas agrarias.Y el atractivo de la "granja-residencia" lleva a personas sin experiencia agraria o con limitaciones de tiempo para asumir ciertas tareas a contratar empresas de servicios.
  • Factores institucionales y de mercado. Durante la década de los 60, aseguran los autores del estudio, el sector agrario gallego vivió "un relativamente tardío pero acelerado proceso de transformación", que tuvo como rasgos más destacados la orientación hacia el mercado de la producción agraria y, junto con ella, el inicio de la capitalización de las explotaciones, mediante la adquisición externa de servicios y de maquinaria.En ese contexto comienza a definirse la especialización ganadera frente al policultivo intensivo de subsistencia que había caracterizado anteriormente la agricultura tradicional de la comunidad.Cuando el sector agrario gallego estaba aún iniciando su proceso de cambio estructural se vio afectado por un contexto de creciente liberalización comercial, debido a la integración de España en la Comunidad Económica Europea en 1986 y, como consecuencia, la aplicación de la Política Agraria Común (PAC).Es entonces cuando el sector agrario de Galicia sufre un intenso declive durante las últimas décadas del siglo XX. Así, se produce una fuerte caída de la población ocupada en las actividades agrarias y una notable reducción del número de explotaciones agrarias.Pese a ello, la evolución de la contratación externa ha ido en aumento. Para los autores del trabajo, Galicia presenta unos rasgos propios de externalización de tareas agrariasEn primer lugar, observan que la externalización de servicios es un fenómeno relacionado con el tamaño de las explotaciones: "se percibe como una tendencia especialmente importante en los estratos de 20 a 100 hectáreas", apuntan.Y en segundo lugar, alertan de que entre 2009 y 2013 se produjo un aumento de la externalización en general. Y aunque es de mayor magnitud en las explotaciones grandes, también destaca la mayor relevancia de esta fórmula entre las explotaciones de 2-10 hectáreas, en las que se duplica en estos años.