Los presidentes de los comités de empresa de Navantia en Ferrol y Fene, Javier Galán, y Jorge Prieto, respectivamente, alertan de que los astilleros necesitan más pedidos antes del verano porque con los actuales no habrá carga de trabajo en la segunda mitad del año.

Tres son los encargos que tienen en estos momentos las dos factorías de Navantia en la ría ferrolana: un Buque de Acción Marítima (BAM) para la Armada Española, que se entregará a mediados de este año; 42 jackets (estructuras de acero que sujetan los aerogeneradores en el mar) para el parque eólico marino East Anglia One de Iberdrola en el Reino Unido, que deben estar finalizados en verano, y dos buques logísticos (AOR) para la marina australiana. La previsión para la botadura del primero es el tercer trimestre de este año y el segundo se producirá con una diferencia de nueve meses.

Por lo tanto, si no entran más pedidos, tras el verano solo el segundo de los buques australianos aportará carga de trabajo a los astilleros.

Existen perspectivas de lograr más encargos, pero las cinco fragatas F-100 para la Armada Española es el más factible. Sin embargo, está pendiente de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado por lo que no se cuenta que se anuncie hasta mediados de año.

La empresa asegura que está muy bien colocada para hacerse con encargos de la marina australiana, india, canadiense, estadounidense y saudí. Pero por ahora son solo proyectos de futuros pedidos que aún no se han materializado.

Los trabajos del BAM para la Armada Española son los más avanzados. El primer corte de chapa se realizó en diciembre de 2014 en el astillero de Ferrol. En abril de 2016 se puso en la grada el primero de los bloques del buque y en septiembre de 2017 se realizó su botadura. Su entrega está prevista para mediados de este año. "Está muy poca gente trabajando en él. Le queda poco, la habilitación y comprobar que todo funciona", reconoce Javier Galán, presidente del comité de empresa del astillero.

Botadura atípica

Su botadura, el pasado mes de septiembre, fue atípica, ya que habitualmente estos actos suelen ser públicos, con centenares de invitados que acuden a presenciar uno de los hitos de la construcción de un buque, como es el momento de su primer contacto con el agua.

Además, tampoco es habitual que se realice con la estructura de la nave incompleta, como fue el caso, ya que el barco militar no contaba ni con la superestructura ni con el palo. Este hecho se debió al bloqueo realizado por los operarios en los últimos meses como medida de presión para hacer cumplir el convenio colectivo. Era el cuarto intento de realizar la botadura. Los tres anteriores habían sido boicoteados por los trabajadores.

También en los dos astilleros ferrolanos, además de unas pequeñas labores para el petrolero Suezmax que se está construyendo en Cádiz, los operarios están trabajando en el primero de los AOR, buques logísticos, para la armada australiana. Su construcción arrancó con el corte del primer acero en junio del año pasado. En noviembre se puso la quilla y la botadura se espera para este verano, poco después de que arranque la construcción de la segunda unidad.

En el momento del anuncio del contrato, Navantia aseguró que el encargo de los dos buques supondría 3 millones de horas de trabajo. Respecto a su repercusión sobre el empleo, se generarían anualmente cerca de 1.800 ocupados directos e indirectos hasta 2020, fecha de entrega de la segunda unidad. De ellos, más de 330 serían empleados directos, más de 530 de la industria auxiliar y más de 900 serían indirectos generados por otros suministradores.

Al final, los sindicatos han reducido estas cifras y Javier Galán reconoce que en estos momentos hay "poca gente" trabajando. "La carga de trabajo no es importante", asegura.

El tercer encargo en cartera es la construcción de 42 jackets East Anglia One, que Iberdrola está construyendo en el Reino Unido.

Gracias a una inversión de casi 3.000 millones de euros, será uno de los parques eólicos marinos más grandes del mundo cuando entre en funcionamiento en 2020. El área que ocupará el parque eólico superará los 300 kilómetros cuadrados, el equivalente a 30.000 campos de fútbol; el cable que llevará toda la energía desde el parque a tierra firme será de 85 kilómetros y las palas del aerogenerador tendrán 75 metros de longitud cada una.

Una docena construidos

Jorge Prieto, presidente del comité de empresa de Fene, donde se está realizando la construcción, explica que en estos momentos están construidos una docena de jackets y que, tras algunos retrasos, el resto estará "después del verano".

El alcance del contrato valorado en casi 65 millones incluía la construcción de la subestación, su estructura soporte en el astillero de Puerto Real y el soporte offshore para la conexión y puesta en marcha en el Mar del norte. El contrato supone para la ría de Ferrol, según Navantia, más de 1 millón de horas de trabajo, lo que implica unos 900 empleos de media.

La dirección de Navantia es optimista en cuanto a los encargos que pueda recibir este año. El más cercano son las cinco fragatas que se construirían en Ferrol y Fene. La Armada Española confía en que la orden de ejecución se produzca a mediados de este año, pero todo dependerá de cuándo se aprueban los presupuestos generales del Estado.

También están pendientes las cinco corbetas para la Marina de Arabia Saudí. Hace un año, el rey Felipe VI viajó al país árabe para contribuir al avance del contrato que persigue Navantia para la venta de las cinco embarcaciones, por valor de unos 2.000 millones de euros. Pero todavía no hay noticias.

En mayo está previsto que se haga público el ganador de concurso para construir nueve fragatas para Australia por valor de 22.500 millones. Navantia está en la lista corta de los elegidos.

También tiene opciones para el diseño de buques para Canadá, India y Estados Unidos.

Y por último, la empresa presentó hace unos días una oferta para construir la subestación eléctrica y los jackets o anclajes del nuevo complejo eólico-marino que promueve Iberdrola en Francia.