Conducir sin carné, ponerse al volante con una tasa de alcohol superior a 0,60 mg/l, circular a velocidades estratosféricas, negarse a hacer una prueba de alcohol o drogas o verse implicado en un accidente por conducción temeraria. Son algunos de los delitos que llevan a diario a los juzgados gallegos a una veintena de conductores desde que hace diez años se endureció el Código Penal en materia de Tráfico. Desde que entró en vigor la reforma, más de 60.000 automovilistas se sentaron en el banquillo por delinquir en las carreteras gallegas, pero apenas un 2% fueron condenados a prisión. Y es que la práctica totalidad de los juicios por infracciones penales al volante se resuelve con una multa o una condena a trabajos en beneficio de la comunidad (TBC) junto con la retirada del carné por un tiempo.

La tipificación como delito de infracciones en carretera dio un vuelco a las estadísticas en la comunidad. Tanto a las de siniestralidad viaria como a las judiciales: menos fallecidos en accidentes de tráfico y un aumento de imputados por delitos contra la seguridad vial.

Los datos hablan por sí solos. De los 215 fallecidos en 2008 en las carreteras gallegas se ha pasado a 77 el año pasado, lo que supone casi tres veces menos (-64%). En el primer año de la entrada en vigor del Código Penal fueron llevados a juicio casi 3.900 conductores en Galicia, casi el 40% más que antes de la nueva tipificación de delitos de tráfico.

En los sucesivos años, las imputaciones a automovilistas siguieron una tendencia al alza, con la excepción de 2013 y 2015, los únicos años que experimentaron un descenso respecto al ejercicio anterior. 2012 fue el año que más conductores sentó en el banquillo de los juzgados gallegos, con más de 10.000 escritos de acusación. Desde el año 2015, a la espera de la presentación del balance de 2017, la cifra de procesados por delitos de tráfico en la comunidad no ha superado los 5.500. Un dato que sin embargo se casi el doble que los contabilizados antes de la reforma.

De representar en 2007 poco más del 10% de todas las causas juzgadas en Galicia, los delitos viarios acaparan en la actualidad el 40% de todos los juicios celebrados en la comunidad. La mayoría, por conducir bajo los efectos del alcohol -una media de diez conductores llevados juicio cada día a juicio, lo que supone más del 60% de las imputaciones por infracciones viarias- o por hacerlo sin carné -cinco cada día-, bien por no haber pasado nunca por una autoescuela, haber perdido todos puntos del permiso o haberle sido retirado por orden judicial).

Los jueces resuelven la práctica totalidad de los delitos de tráfico con una multa o una condena a trabajos comunitarios, además de la retirada de permiso por un tiempo superior a un año. La prisión se aplica solo a casos de multirreincidentes implicados en accidentes graves o para aquellos que han causado una muerte con su conducción. La pena de cárcel media impuesta en Galicia va de los seis a los nueve meses

Según una encuesta de la Fundación Línea Directa y la Fundación Española para la Seguridad Vial, uno de cada tres conductores desconocen que pueden ir a prisión por delitos de tráfico. El 85% no sabe a qué tasa de alcoholemia o límite de velocidad se enfrentan a una pena de cárcel. De los más de 26,5 millones de conductores censados en España, 4,5 millones (el 17%) reconocen haber cometido delitos contra la seguridad vial (2,5 millones por conducir bajo la influencia del alcohol y/o las drogas -casi uno de cada diez automovilistas-; ,7 millones por ponerse al volante sin carné; y 1,1 por circular a más de 200 kilómetros por hora).