El fuego devoró el pasado mes de octubre casi 50.000 hectáreas de monte en apenas dos días. La tragedia levantó en armas a la oposición que culpó del desastre a la Xunta por su política forestal y reclamó una comisión de investigación en el Parlamento para depurar responsabilidades. Pero desde el Gobierno gallego se apuntó hacia tramas organizadas y "terrorismo incendiario" y el PP rebajó las aspiraciones de la oposición a crear una comisión de estudio en la Cámara para abordar con carácter general la gestión forestal y la extinción de incendios. Y en el arranque de este grupo de trabajo el primer experto en comparecer, el profesor y director de la Escuela de Ingeniería Forestal de Pontevedra, Juan Picos, desmontó la tesis de las tramas organizadas: "Es una aproximación muy fácil que no resiste el análisis".

Aunque la Fiscalía de Galicia aún estudia si los incendios de octubre fueron "planificados" por un grupo criminal, el fiscal delegado en Medio Ambiente en Galicia, Álvaro García Ortiz, opina que no cree en la existencia de una "organización o un concierto de personas". Sin embargo, desde el Gobierno central todavía insistían hace menos de quince días, en una respuesta en el Congreso a En Marea, en que tras los fuegos existió una trama organizada, siguiendo así la tesis de la Xunta que aseguró en octubre en que la confluencia de tantos fuegos en un corto periodo de tiempo y en distintos puntos de Galicia solo podía ser obra de terroristas incendiarios que actuaban organizadamente.

Sin embargo, Juan Picos, que acudió en representación del Foro Económico, desdeña esta teoría. "Hay mucha intencionalidad, a veces muchas negligencias y muchos problemas vinculados al medio que acaban en un incendio, pero no creo que haya nadie que se ponga de acuerdo aquí y en Portugal para generar un problema de tal magnitud", señaló.

Su receta para evitar que olas de incendios como la de octubre se repitan está en potenciar el sector forestal. Se refirió al Plan Forestal aprobado por la Xunta en 1992 para alertar de que "el mayor incumplimiento" no fueron las hectáreas de eucaliptos que se duplicaron sino que "se dejó de invertir mucho dinero".

Ante esta situación propuso mejorar el marco legal de las políticas forestales y "simplificar" los trámites burocráticos. Picos insiste en la importancia de potenciar el sector de la madera que en el futuro servirá para "sustituir el carbón, los combustibles fósiles, el hormigón, los plásticos o el acero".

Según sus datos, se cortan para destino industrial unos ocho millones de metros cúbicos cada año, aproximadamente todo lo que corta el Reino Unido". Y aún así, recalcó que las potencialidades del sector pueden ser aún mayores puesto que las talas están en la mitad de lo previsto en el Plan Forestal.

El eucalipto supone más del 50% de las talas, mientras el pino alrededor de unos tres millones. Sin embargo, las frondosas, caducifolias y otras especies solo suponen unos 300.000 metros cúbicos de esas talas, según sus cifras.

Cada año se realizan unas 80.000 cortas de madera -unos 50.000 propietarios forestales venden la madera al año-, que suponen unos 300 millones de euros para los propietarios, que la cadena transforma -a través de cientos de empresas que llegan a decenas de mercados- en hasta 1.000 millones. De este modo, la cadena forestal gallega tiene un peso del 1,8% del PIB gallego, lo que supone una caída del 3,5% que representaba en el año 2000.

La segunda intervención en la comisión de incendios fue la de Venancio Salcines, doctor en Ciencias Económicas y profesor titular de Mercados Financieros en la Universidade da Coruña. Ese experto denunció que en Galicia hay unos 1.000 montes vecinales abandonados y propuso crear polígonos agrarios, dado que se necesita "suelo agrario e inversiones". Sería, en su opinión, la respuesta a la falta de terrenos para instalar explotaciones de 50 hectáreas. "La comunidad solo tiene inversores a corto plazo que buscan maximizar su rentabilidad", denunció. "¿Por qué un alcalde puede hacer una ciudad nueva y no puede hacer un bosque?", se preguntó.