La Xunta se ha fijado de plazo hasta junio para pagar las ayudas por la ola de incendios del pasado mes de octubre, que calcinaron casi 50 hectáreas y causaron cuatro muertos. Más de 1.200 afectados han solicitado compensaciones por una cuantía que asciende a 22 millones. Alcaldes de varios municipios afectados reclamaron ayer al Ejecutivo gallego mayor celeridad en las actuaciones y subvenciones pendientes.

En la z ona cero de las llamas, As Neves, su alcalde, Xosé Rodríguez (BNG), denuncia que la Xunta "se comprometió a realizar convenios que no se materializaron". "Se echa de menos una respuesta más ágil", lamenta.

En la misma línea se expresan, en declaraciones a Europa Press, regidores de municipios como Ponteareas, Nigrán y Carballeda de Avia. Este ultimo, Luís Milia (PSOE), resume su malestar: "Va para cuatro meses y seguimos igual".

De cara a evitar que vuelvan a ocurrir situaciones como las vividas en los incendios de octubre, el alcalde de Ponteareas, Xosé Represas (BNG), subraya la elaboración de un plan de defensa contra incendios del municipio, mientras los trabajos realizados han dependido "de mucho voluntariado y participación vecinal". Así, avisa a la Xunta de que "los fuegos del verano se apagan en el invierno".

El alcalde de Nigrán, Juan Antonio González (PSOE), se refiere al riesgo de desprendimiento de rocas en el castro de Chandebrito, tras llevar "tiempo esperando" a que la Xunta actúe. Reprocha que hace un mes se comprometieron con una partida y siguen sin noticia.

Desde Lobios, su alcaldesa, María del Carmen Yáñez (PP), apunta que en su municipio el fuego no dejó daños de viviendas, sino en el monte, y ensalza las medidas de la Xunta para evitar la erosión de terreno, si bien aún no se ha empezado con la repoblación, que "dependerá de Medio Ambiente y Medio Rural". El alcalde de Cervantes, Benigno Gómez (PSdeG), incide sobre una de las principales problemáticas que le trasladan sus vecinos, y es que "no les dejan pastar en zonas quemadas", incluso "en fincas privadas que ardieron".