El Gobierno gallego ha iniciado de forma oficial la segunda fase del plan de transporte de la comunidad por el que se reordenará el mapa de concesiones del transporte interurbano de viajeros con el objetivo de implantar el nuevo diseño en el segundo semestre de 2019. Una de las principales modificaciones del sistema, que ya lleva funcionando desde el pasado mes de agosto, es la reconversión del transporte escolar, de forma que determinadas líneas además de trasladar a los estudiantes también pueden coger a pasajeros convencionales. Por eso, de las 1.300 líneas habilitadas ahora para el transporte de viajeros, a finales de 2019 se pasará a unas 1.800 al incorporar al servicio regular otras 500 rutas escolares, por lo que se doblará la cifra con respecto a ahora de autobuses escolares que también recogen a adultos en sus recorridos.

Debido a las consecuencias de una sentencia del año 2016, la Xunta se vio obliga a licitar de nuevo todas las concesiones de transporte de viajeros por carretera, pero tuvo que acelerar el proceso porque el pasado año las empresas renunciaron a casi 600 líneas. Ante esta circunstancia, la Consellería de Infraestruturas aprovechó, en la primera fase del plan, para no solo cambiar el mapa de concesiones sino introducir la figura del transporte compartido o líneas integradas, que es usar el autobús escolar para llevar también a viajeros adultos como si se tratara de un servicio regular por carretera. Esta modalidad se implantó el pasado agosto en 491 rutas escolares y al final el número de líneas de autobús quedó en unas 1.300, según las cifras aportadas ayer por la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, y el director xeral de Mobilidade, Ignacio Maestro, durante la presentación de la segunda fase de este plan.

La previsión es que, una vez completado, Galicia disponga de 1.800 rutas de servicio regular, al sumarse otras 500 procedentes de rutas escolares, si bien los números exactos dependerán del estudio que ahora se inicia. Las líneas integradas ya fueron utilizadas por más de 40.000 viajeros no escolares sin ningún problema.

En todo caso, esa modalidad está pensada para las zonas rurales donde un servicio regular es totalmente inviable, mientras que en las áreas metropolitanas su implantación es prácticamente imposible porque los niños ya cubren todas las plazas.

Esta segunda fase arranca con la licitación de estos estudios, a lo que seguirá la próxima semana el anuncio a la Unión Europea (UE) del nuevo plan. El próximo mes de abril se abrirá un nuevo proceso de participación pública para que "todo el mundo" pueda hacer aportaciones, que contará con reuniones de la comisión de seguimiento de transporte.

En el segundo semestre de año se comenzará con el trabajo de campo para la definición de líneas. Habrá encuestas entre usuarios, estaciones de buses, en centros hospitalarios, centros de atención primaria y educativos.

Ya en el primer trimestre de 2019 se contará con el mapa diseñado tras aportaciones, que saldrá a información pública, mientras que en el segundo semestre de ese año se aprobarán los proyectos para los nuevos contratos que tendrán 10 años de duración.

La conselleira aprovechó la ocasión para demandar la participación de las diputaciones, de forma que aporten fondos a los concellos, dentro de sus competencias, para financiar una red de transporte dentro de cada término municipal, para acercar los viajeros a las paradas de autobús. Este sistema, dijo Ethel Vázquez, funciona ya en Ourense subvencionando taxis.

La Xunta tiene previsto mantener encuentros con responsables municipales y empresas de cada zona para trazar de la mejor forma los recorridos de cada línea (rurales, comarcales, intercomarcales y de largo recorrido). También se analizarán tarifas y se va a informatizar toda la información.

Sobre si se mejorará la participación de ayuntamientos en esta segunda fase tras las críticas recibidas en la anterior, Vázquez defendió que se hizo "un importante ejercicio de transparencia" con un proceso "en el que participó quien quiso". "Galicia no se quedó ni un solo día sin transporte público", remarca.

Respecto al balance de la primera fase, con la puesta en servicio de 800 líneas y el incremento de kilómetros de transporte público en un 36%-que afectó sobre todo a Ourense y Lugo-, la titular del departamento autonómico valora que ha sido "francamente positivo". En esta primera fase también se puso en marcha el transporte bajo demanda, que recibió más 500 llamadas en seis meses de funcionamiento. En este sentido, Vázquez resalta que no se pueden esperar cifras muy altas de transporte a demanda en líneas en las que "el modelo acredita que hay muy pocos usuarios", por lo que se busca "evitar que circulen autobuses vacíos".