Radares tamaño mini, funcionan de forma inalámbrica, pueden colocarse en los guardarraíles o incluso acoplarse en los vehículos policiales y ser transportados a cualquier tramo de carretera en las nuevas motos de Guardia Civil de Tráfico. Los agentes en Galicia ya tienen las nuevas motocicletas desde el pasado mes de diciembre -adaptadas para llevar equipos portátiles de radar y kits para hacer pruebas de alcohol y drogas- y están a la espera de los nuevos dispositivos de control de velocidad.

En total, la DGT ha adquirido 60 aparatos, cinco de ellos previstos para la Agrupación de la Guardia Civil de Tráfico en Galicia. Una vez que los radares láser de última tecnología pasen el control metrológico y los agentes que vayan a utilizarlos hagan el curso de formación sobre su manejo empezarán a controlar la velocidad en la red viaria, en especial los tramos de mayor accidentalidad.

A 40 metros de distancia

Los nuevos dispositivos pueden captar velocidades de hasta 250 kilómetros por hora a una distancia de entre 15 y 40 metros. No solo recogen la velocidad en un carril, sino que funcionan en dos carriles de anchura en ambos sentidos de la circulación y con temperaturas extremas (de 0 a 50 grados).

Además, distinguen entre vehículos pesados y ligeros -lo que permite diferenciar la velocidad máxima a la que se puede circular por ese tramo, ya se trate de un turismo o de un autobús o un camión- y se pueden manejar desde cualquier dispositivo móvil con conexión Wi-Fi, 3G o 4G.

Los cinemómetros antiguos funcionan a través de ondas, un mecanismo que permitía ser detectado a través de los inhibidores de frecuencia que llevan algunos vehículos. Sin embargo, los nuevos radares láser obligarán a los conductores a estar más atentos a las limitaciones de velocidad y no pisar más de la cuenta el acelerador si quieren evitar ser interceptados durante un control rutinario o una campaña especial de vigilancia.

Estos nuevos radares láser ya habían sido anunciados en verano de 2016 por la entonces directora de la DGT, María Seguí, pero por falta de presupuesto en la Administración central no se llevó a cabo el proceso de contratación. Más de un año después del anuncio, el departamento dirigido por Gregorio Serrano confirmaba el pasado mes de noviembre la adquisición de estos nuevos controles de velocidad para los motoristas de la Guardia Civil. Su puesta en funcionamiento se esperaba para el primer trimestre de este año, una vez operativas las 300 motocicletas de última tecnología entregadas a finales de diciembre, 80 de ellas distribuidas en Galicia.

Estos nuevos equipos de control de velocidad portátiles permiten múltiples ubicaciones, posibilitando que los agentes que prestan servicio en moto realicen controles en diferentes emplazamientos, así como que se incremente la vigilancia en aquellos tramos de elevada accidentalidad y excesos de velocidad.Tramos negros

En el caso de Galicia, son un total de 127 los tramos controlados por cinemómetros móviles -31 en la provincia de A Coruña, 36 en Lugo, 30 de Ourense y otros 30 de Pontevedra-. La extensión de la red viaria de la comunidad en el punto de mira de las patrullas de la Guardia Civil por una accidentalidad elevada derivada de los excesos de velocidad o velocidad inadecuada supera los 2.500 kilómetros de carreteras convencionales, las más peligrosas ya que concentran más del 90% de los fallecidos en accidentes de tráfico en toda la red viaria gallega.

Estos tramos negros bajo control está publicados en la página web de la DGT, que desde el año 2015 cuelga online los puntos kilométricos sometidos al plan de vigilancia con radares móviles. En un principio la actualización del mapa se hacía trimestralmente, pero desde hace ya más de un año la revisión es semestral.