Las lluvias de los últimos días han aliviado los sedientos embalses gallegos. Aunque todavía quedan tres zonas de la Confederación del Miño-Sil en alerta por sequía en Ourense y Lugo (Limia, Sil bajo y Cabe), el resto de cuencas están pendientes de una reunión de la Oficina da Seca, prevista para abril, para evaluar el fin de la situación de prealerta, dictada ya hace 14 meses. En solo una semana, las reservas de los embalses de la costa gallega -gestionados por la Xunta- han aumentado un 5,4%, al pasar de 49,83 metros cúbicos a los 52,51 registrados ayer en las nueve presas de demarcación Galicia-Costa, entre las que está Cecebre. El nivel medio de ocupación en estos pantanos alcanza ya el 82,55%, cuando hace un año era de poco más del 78% y hace siete días no llegaba al 81%.

Cuatro de los embalses que abastecen los ayuntamientos costeros ya se encuentran al 100% de su ocupación: Eiras y Zamáns, que dan servicio a Vigo y su área metropolitana, así como Pontillón de Castro (Pontevedra) y Beche (Abegondo). Con unas reservas que rozan el 93% está la presa de Baiona; seguida de las que abastecen a los vecinos de Vilagarcía, con unos niveles que superan el 88%, y Ferrol (el embalse de Forcadas) con más del 83%.

El pantano de Cecebre, que abastece a la ciudad de A Coruña y su área metropolitana, ya ronda el 67% de su capacidad, cinco puntos más que hace solo una semana debido a las intensas lluvias que dejó la borrasca Félix durante los últimos días. La menor ocupación de los embalses de la demarcación Galicia-Costa están en Caldas de Reis, que no llega al 59%.

En cuanto a la situación de los embalses de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil están al 70,4%, casi nueve puntos porcentuales por encima del 61,8% registrado la semana pasada. En la actualidad, los pantanos de la zona cuentan con 2.132 hectómetros cúbicos de agua, por encima de los 1.916 del año pasado a estas alturas, mientras se queda cerca de los 2.243 de media de la última década.

Por otra parte, la Consellería de Medio Ambiente celebró ayer la primera de las seis mesas sectoriales de trabajo para avanzar en la elaboración de la Estrategia de Cambio Climático y Energía 2050, que será el instrumento planificador de la Xunta para desarrollar las líneas de actuación en la lucha contra al cambio climático. El objetivo es presentar un diagnóstico de la situación del cambio climático en Galicia y recopilar aportaciones de todos los sectores afectados para así analizar cada uno de los bloques -agrícola, forestal y ganadero; energía e industria; biodiversidad y medio ambiente; medio marino y pesca; movilidad y territorio y servicios.