La preparación de las elecciones municipales, y en concreto el papel que debe jugar la dirección autonómica, vuelven a evidenciar la fractura interna de En Marea. Los tres referentes municipales de la primera fuerza de la oposición plantan al portavoz Luís Villares y no asistirán al plenario convocado para el sábado. Exigen plena autonomía y rechazan la intervención de En Marea en sus respectivos territorios.

La cita de pasado mañana es la del máximo órgano de representación de En Marea y a ella están invitados todos los inscritos en la formación -casi 2.400-, pero tres de sus máximos dirigentes no acudirán. Desde el Concello de A Coruña confirmaban ayer que Xulio Ferreiro (Marea Atlántica) no asistirá a la reunión. El regidor de Santiago, Martiño Noriega (Compostela Aberta), tampoco y disculpa su ausencia por un acto fijado desde hace ya meses en Monterroso, igual que el alcalde de Ferrol, Jorge Suárez (Ferrol en Común), que tiene varios actos institucionales ese día, entre ellos la renovación de la hermandad con Mondoñedo. La ausencia de los tres alcaldes sería equiparable a un plantón de los cuatro presidentes provinciales del PP a un acto convocado por Alberto Núñez Feijóo.

La cita del sábado pretende fijar el papel del partido instrumental de cara a los comicios locales del próximo año. La coordinadora de En Marea ofrece "todos sus recursos materiales, logísticos, jurídicos y de contenidos" a las mareas locales y quiere "visibilizar que son candidaturas del espacio común En Marea". Incluso a las mareas de municipios medianos y pequeños les propone concurrir con la misma marca para elevar su representación en las diputaciones. Eso sí, ya da por hecho que las mareas grandes irán por libre.

Los críticos interpretan la oferta de En Marea como "un límite a la autonomía de las mareas locales", reivindican libertad total para encarar la campaña electoral e incluso rechazan un programa electoral marco con unos principios básicos que podrían compartir todas las candidaturas de confluencia.

Desde la dirección de En Marea sostienen que no intentan ninguna injerencia y ven lógica "cierta coordinación entre las mareas". "No puede ser un reino de taifas", explican.

Limitar el protagonismo de En Marea, partido instrumental que en julio de 2006 fue impulsado entre otros por los alcaldes de A Coruña, Santiago y Ferrol, de cara a los comicios de 2019, está conectado con el boicot de los tres regidores a la figura de Luís Villares, desde que el exmagistrado vuela en solitario y buscó otros aliados para ser portavoz de la nueva formación, al constatar que ya no tenía los apoyos de quienes le animaron a dejar la carrera judicial para ser candidato a la Xunta. El sábado los tres regidores no se dejarán ver en el plenario de En Marea, pero hace casi ocho meses, en el anterior plenario, Ferreiro y Noriega tampoco hicieron acto de presencia.

Entonces, la cita sirvió para visualizar la división interna que se estaba generando en la primera fuerza de la oposición. Se impusieron las tesis del juez en excedencia con el 55% de los votos y se tumbó una enmienda del sector crítico que pretendía forzar la salida de Luís Villares de la Portavocía de En Marea.

Al término de esta reunión que congregó en Santiago a medio millar de personas, el también portavoz parlamentario de En Marea instaba a tender puentes y buscar "puntos de encuentro". Los disidentes, entre los cuales están también la dirección de Anova y Esquerda Unida, ponían el acento en "la fractura" y "la creciente desmovilización" de los simpatizantes de En Marea.

Ocho meses después, la división en el seno del las fuerzas de la confluencia continúa, pero desde la dirección autonómica prevén que el sábado el clima de confrontación no sea tan elevado como el del pasado mes de julio. Eso sí, la fractura permanece.