Rachas de viento de más de 140 kilómetros por hora, trombas de agua de hasta 76 litros por metro cuadrado, ríos desbordados, actividades escolares al aire libre suspendidas, caídas de árboles y vallas publicitarias, cubiertas de tejado despedidas, desprendimiento de fachadas, cortes eléctricos, vuelos desviados, flota amarrada, olas de seis metros... Es el reguero de incidencias que dejó ayer la borrasca GiseleGisele a su paso por Galicia -casi 300-, que aunque se esperaba de menor intensidad que su antecesor Félix causó más molestias ya que la alerta por vientos, lluvias y oleaje no fue solo de madrugada sino que sus efectos se dejaron notar con más fuerza a lo largo del día, sobre todo por la mañana.

El aviso naranja por el fuerte vendaval en las provincias de A Coruña y de Pontevedra y en zonas de Ourense y Lugo se mantendrá hoy. Aunque la jornada de hoy nada tendrá que ver con el temporal de ayertemporal , según asegura la meteoróloga María Souto, las olas podrán llegar a 6 metros y, en tierra, hará un día "desapacible". Galicia continuará en la influencia de las borrascas con vientos y se esperan lluvias persistentes y chubascos localmente tormentosos por la tarde.

La cota de nieve bajará a 800 metros en la madrugada del viernes. También habrá chubascos acompañados de granizo y aparato eléctrico y bajada de temperaturas. Mientras ayer las máximas se movieron entre los 13 y los 15 grados y las mínimas entre 10 y 11º, mañana las máximas estarán entre los 9 y los 12º y las mínimas, entre 4 y 8.

RACHAS MÁXIMAS

Gisele Giseleaterrizó en Galicia con fuerza, tanto en tierra como en el mar. Las ráfagas de viento llegaron a 144,3 kilómetros por hora en el interior de la montaña ourensana de Carballeda de Valdeorras. En Vimianzo (A Coruña) se alcanzaron 138,6 km/h, seguida de los valores registrados en Ancares (133,6) y Lira (129,5). Además, más de medio centenar de rayos cayeron ayer por la tarde en la comunidad, todos en las Rías Baixas y costa de Pontevedra según los registros de MeteoGalicia. Otros 188 fueron registrados en el mar.

El desprendimiento de una persiana debido al fuerte viento causó heridas leves a una mujer en Vigo. En la ciudad de A Coruña, los fuertes vientos provocaron el desprendimiento de parte de una fachada que cayó sobre varios vehículos y en O Porriño salió volando la cubierta de un tejado.

Los cortes eléctricos afectaron a 7.700 usuarios -2.600 en A Coruña; unos 2.300, en Pontevedra; y unos 2.000, en Ourense-,cortes eléctricos aunque según los datos de Fenosa a última hora de la tarde de ayer eran 820 los clientes afectados. El tráfico aéreo también se vio afectado con el desvío de vuelos -aterrizó en Santiago un avión procedente de Madrid y que tenía que haber llegado a Alvedro- y también el marítimo de pasajeros en la ría de Vigo.

Las intensas lluvias dejaron 76 litros por metro cuadrado en Santa Comba o 69 en Coristanco. En zonas de montaña también se registraron niveles altos, como es el caso de Manzaneda, con 53,1 litros por metro cuadrado.

Desde el 112 se gesitonaron hasta las 19.00 horas de ayer, un total de 290 incidencias: 124 en la provincia de A Coruña; 123 en Pontevedra, 24 en Ourense y 18 en Lugo. Los municipios más afectados or las fuertes rachas de Giselefueron Vigo (18), Ames (14), Carballo (12) y Santiago, Pontevedra y Vilargacía (9 en cada uno). La máxima actividad de la borrasca se concentró entre las 10.00 y las 13.00 horas.

La acumulación de agua también ocasionó incidencias en casi toda Galicia. En Santiago, por ejemplo, dificultó el acceso a la entrada del hospital así como la subida al aeropuerto de Vigo.

Entre las incidencias más destacadas, y que recoge el parte de la Central de Atención ás Emerxencias, está el vuelco de un camión en la autovía de O Barbanza, a su paso por Rianxo, lo que originó la pérdida de la carga que llevaba. El Tambre se desbordó alcanzando la playa de Tapia, en Ames, mientras que el viento obligó a circular con extrema precaución en la A-8 a la altura de Mondoñedo.

Como consecuencia del temporal, la Comisión Escolar de Alertas también decidió suspender las actividades en el exterior de los centros educativos, singularmente en la provincia de A Coruña, Pontevedra y sur, noroeste y montaña de Ourense; y A Mariña lucense y centro y Montaña de Lugo.