Escalones para acceder al portal, imposibilidad de colocar ascensores, puertas de entrada pesadas o buzones demasiados altos. Son algunos de los obstáculos que se encuentran en su día a día las personas con movilidad reducida en el entorno de su vivienda. Un estudio elaborado por la Fundación Mutua de Propietarios revela que solo el 0,6% de edificios residenciales en Galicia cumple con los criterios de accesibilidad universal. A pesar de que en diciembre de 2017 finalizó el plazo para que todos los edificios eliminasen las barreras arquitectónicas, España en general y la comunidad gallega en particular lo incumple principalmente por dos motivos: el económico y el desconocimiento de la ley.

En Galicia hay un total de 796.128 edificios destinados a viviendas, de los que un 66% no son accesibles de la calle al portal porque, para empezar, existen escaleras en este punto. Además, solo el 20% de las fincas tienen rampa, que en algunos casos no es plenamente funcional. La investigación, realizada entre más de 2.000 viviendas, desvela que el 15% de los edificios no poseen portero automático y, de los que lo tienen, el 70% no es accesible para una persona en silla de ruedas. Asimismo, de las viviendas que tienen telefonillo, solo un 52% es videoportero, dando un escaso 13% de accesibilidad universal en este punto. "Se han evidenciado importantes carencias que impiden alcanzar una sociedad más igualitaria y justa en cuanto al acceso físico a la vivienda se refiere", explica el presidente de la Fundación Mutua de Propietarios, Miquel Perdiguer Andrés.

La investigación revela que un 23% de los edificios gallegos carece de ascensor, importante indicador de falta de accesibilidad universal. Además, en los que sí hay, el anuncio sonoro solo está incorporado en un 9% de los ascensores, mientras que los botones en braille sí se encuentran en el 65% de los casos. En definitiva, solo el 3% de los ascensores de la comunidad gallegos son universalmente accesibles. En cuanto a los buzones, en un 70 de los casos no puede accederse a ellos desde una silla de ruedas.

El estudio desvela además que únicamente el 17% de los garajes gallegos son plenamente accesibles y que un 44% de los entrevistados considera que las plazas de aparcamiento no son adecuadas para una persona con movilidad reducida.

¿Por qué no se llevan a cabos las reformas exigidas? La investigación señala que, aunque un 42% de los gallegos cree que deberían hacerse mejoras de accesibilidad en su edificio, el desconocimiento legal y los motivos económicos impiden su materialización.