Galicia y España son deficitarias en materias primas para fabricar los piensos con los que alimentar a su cabaña ganadera. El 80% de los cereales llega a la comunidad por mar desde Estados Unidos, países de Sudamérica y de estados europeos como Ucrania o Rumanía. El 20% restante viene en camiones de comunidades del interior de España con maíz, cebada y otros productos minoritarios. Desde que los cereales se descargan en los muelles y antes de que se reciban en las fábricas pasan por la lupa del sistema de seguridad alimentario de la Asociación Gallega de Fabricantes de Alimentos Compuestos de Galicia (Agafac), una iniciativa pionera en toda España denominada Galicia Alimentos Seguros o gmp.Galis puesta en marcha hace más de diez años y que cuenta con el aval de la Xunta. Unas 54 fábricas gallegas, que representan el 94% de la producción de piensos de toda la comunidad, se someten a los análisis de la organización que se examinan en su laboratorio en el puerto de A Coruña.

El director de Agafac, Bruno Beade, explica que precisamente el hecho de contar con un laboratorio propio permite "pasar un primer filtro nada más llegar la mercancía a los muelles", a diferencia de métodos de otras autonomías que, al depender de centros externos, "tardan más en hacer las analíticas". El método funciona mediante muestreos representativos de las descargas de los barcos. Por su volumen y demanda los más analizados son el maíz y la soja. Si se detecta alguna desviación de los límites legislados se envía una alerta rápida a fabricantes, proveedores, almacenistas e incluso a la Xunta para que esa mercancía no siga circulando. Pero no solo se controlan los cereales que llegan por mar sino que los propios fabricantes envían sus propias muestras de los camiones que entran en sus instalaciones con productos del interior peninsular "cerrando y completando así todo el círculo de vigilancia".

La Agafac impartirá una jornada técnica para los responsables de calidad de las fábricas integradas en el sistema gmp.Galis el próximo miércoles en el Edificio de Servicios de Apoyo a la Investigación de la Universidade da Coruña. El objetivo del curso es precisamente explicar como realizar un buen muestreo y un control correcto en las factorías y dar a conocer la tecnología NIR o de infrarrojo cercano, cuya luz reflejada sobre la muestra se codifica luego en información sobre su composición.

En la cadena alimentaria todos los eslabones -proveedores, fabricantes y ganaderos- deben pasar controles de seguridad y calidad para cumplir con la normativa vigente pero en el caso de las materias primas para la fabricación de piensos la vigilancia -explica Beade- se realiza a nivel sectorial, lo que supone abarcar más que un operador individual. Y eso, añade, tiene repercusión positiva en el resto de la cadena, "desde los fabricantes que elaboran los piensos y los ganaderos que alimentan a sus animales hasta los ciudadanos que consumen el producto final, ya sea un vaso de leche, carne, huevos?". Además, el sistema gmp. Galis va más allá de la ley e incluye parámetros y límites propios para reforzar aún más esa calidad. Por eso, es el sistema más avanzado de España y ya se ha dado a conocer en otras autonomías para que copien el modelo con el reto de crear en unos años "una red de control a nivel nacional". El número de análisis, la cantidad de parámetros estudiados y el hecho de contar con un laboratorio que agiliza el proceso son algunos de los motivos que avalan su éxito.

Por ahora, no se han detectado episodios de contaminación grave. Desde Agafac explican que los casos más habituales tienen que ver con salmonela o exceso de proteína, problemas que como explica Bruno Beade, "se pueden corregir con distintas técnicas", por lo que lo importante es "conocer la información". Los datos analizados no solo son útiles para "detectar contaminantes y observar si respetan los límites legales" sino también para definir aspectos nutricionales de las materias primas que los fabricantes tengan en cuenta a la hora de "mezclarlas" para "componer productos distintos según el tipo de alimentación y al coste más asequible".

El responsable de Agafac aclara que estos controles de seguridad alimentaria en las materias primas de los piensos no repercuten en los costes de producción de los ganaderos. Beade insiste en que Galicia cuenta con un sector de fabricantes de piensos donde no hay competencia desleal porque "no hay ninguna empresa que venda su producto más caro si no es porque ofrece un mejor servicio".

La evolución del sector de la alimentación animal en Galicia ha sido similar a la los ganaderos con un proceso de "concentración" de los negocios en los últimos años, igual -señala- que algunas granjas se aliaron para ganar tamaño y ser más competitivas. Recuerda que tras la crisis de precios de cereales a nivel mundial de 2008 el sector vive "unos años tranquilos". De hecho, apunta que durante la crisis del lácteo actuaron "como un sector bancario facilitando al ganadero alimentación para sus animales con el objetivo de asegurar su renta".