Menos de 50 centímetros de altura y diseñados para acoplarse a guardarraíles o postes, instalarse en trípodes e incluso en las puertas de las patrullas e interceptar excesos de velocidad en ambos carriles y a una distancia de hasta 40 metros. Así son los nuevos radares portátiles de tecnología láser adquiridos para la DGT y que empezarán a utilizarse esta Semana Santa en las carreteras españolas. De los 60 nuevos medidores de velocidad portátiles, ideados para controles exprés con las 300 nuevas motocicletas entregadas en diciembre pasado (80 en la comunidad gallega), la previsión es que en la próxima operación salida estén en funcionamiento unos 30.

El resto de dispositivos se comenzarán a utilizar a mediados de abril o principios de mayo. Para Galicia todavía no hay un calendario cerrado sobre la puesta en funcionamiento de los cinco asignados a la Agrupación de la Guardia Civil de Tráfico en la comunidad, que bien puede contar ya con alguno de ellos para controlar los desplazamientos de Semana Santa o bien su estreno se pospondrá hasta el próximo mes.

No hace falta ni que el agente ni que el coche patrulla estén colocados al lado de estos nuevos radares, sino que pueden alejarse varias decenas de metros. Su tamaño permite que sean transportados a cualquier tramo de carretera, también en las motocicletas, lo que elimina cualquier pista sobre su presencia para los conductores. Su tecnología láser les hace indetectables por los sistemas de detección de radar que utilizan algunos automovilistas. En las últimas semanas, estos dispositivos estaban pendientes de pasar el control metrológico y que los agentes que vayan a utilizarlos hagan el correspondiente curso de formación sobre su manejo, con el objetivo de empezar el control en aquellos tramos de mayor accidentalidad.

Los nuevos radares Velolaser (fabricados por la compañía española Invia Sistemas) podrán captar velocidades de hasta 250 km/h, a una distancia de 15 a 40 metros. No solo son capaces de interceptar los excesos de velocidad en un carril, sino que funcionan en dos carriles en ambos sentidos de circulación y en un rango de temperaturas de entre 0 y 50 grados. Al ser inalámbricos, se controlan desde cualquier dispositivo con conexión Wi-Fi (con una efectividad de 50 metros) o 3G/4G, y tendrán una mayor efectividad en zonas urbanas, como la zona 30, zonas de colegio y similares, aunque desde el fabricante también apuntan a su alta efectividad en zonas interurbanas. Estos dispositivos distinguen entre vehículos pesados y ligeros, lo que permite diferenciar la velocidad máxima a la que se puede circular por ese tramo objeto de control, ya se trate de un turismo, un autobús o un camión.

Permiten múltiples ubicaciones, posibilitando que los agentes que prestan servicio en moto realicen controles en diferentes emplazamientos, así como que se incremente la vigilancia en aquellos tramos de elevada accidentalidad y excesos de velocidad.