El conselleiro de Industria, Francisco Conde, informó ayer de que Augas de Galicia abrió expediente sancionador, que "está en tramitación", por el desbordamiento de una balsa minera en la parroquia de Bama, en el concello coruñés de Touro. En respuesta a una pregunta de En Marea en pleno del Parlamento gallego, Conde señaló que el desbordamiento de esa balsa se produjo por las lluvias de los últimos meses y admitió que se aprecia "afección en el río Brandelos", "pero en ningún caso en el río Ulla". El conselleiro garantizó "el estricto cumplimiento de la legalidad", por lo que el proyecto deberá tener "todas las garantías" para determinar si se puede aprobar o no.

Por su parte, el diputado de En Marea Pancho Casal replicó que los análisis en el río Brandelos muestran contaminantes como aluminio en suspensión, un PH "hiperácido", niveles de níquel "siete veces por encima" de lo normal, así como hasta "1.000 veces" más de la recomendación de la OMS de elementos como manganeso.

Durante el debate en el pleno del Parlamento gallego, Casal avisó a la Xunta de que debe "tener cuidado con estas empresas", porque Atalaya Mining (la empresa que quiere llevar adelante un proyecto minero en Touro) "tiene un currículum muy parecido al de Edgewater", en alusión a la multinacional que pretendía construir una mina de oro a cielo abierto en Corcoesto, en el concello coruñés de Cabana de Bergantiños, iniciativa que fue anulada y no llegó a materializarse. En esta línea, el parlamentario recordó el caso del proyecto fallido de la mina de Corcoesto y leyó un titular de Infolibre en el que se apunta que una empresa canadiense denuncia que "un intermediario le pidió una mordida de 1,5 millones para el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y altos cargos de su gobierno". Sobre este extremo, apunta que la defensa del Ejecutivo autonómico frente a Edgewater tras la cancelación del proyecto minero en Corcoesto costó "600.000 euros", que "salieron de ayudas de I+D+i".

En su contestación, el titular de Industria destacó que la Xunta "cumplió la legalidad" en Corcoesto, mientras emplazó al diputado de En Marea a apoyar al Gobierno gallego en este caso "en vez de intentar lanzar comentarios para generar dudas".

Al mismo tiempo que se producía el debate en la Cámara gallega, Cobre San Rafael, empresa que promueve la reactivación de la producción de cobre en la histórica mina situada en los municipios coruñeses de Touro y O Pino presentó el proyecto como "limpio" y sin riesgo de contaminación.

El responsable de la empresa Atalaya Mining, Alberto Lavandeira, destacó que se trata de un proyecto minero y metalúrgico "moderno" y "sostenible", al tiempo que recalcó que minerales como el cobre "son imprescindibles e insustituibles para un mundo que va hacia las energías renovables y en el que Galicia tiene un papel importante que cumplir". Desde la entidad que pretende reactivar la mina dan por hecho que "se va a aprobar" y niegan todas las acusaciones que se están vertiendo contra ella, que atribuyen a "iluminados" y que consideran "puras amenazas sin datos".

La empresa repasó durante el recorrido por las instalaciones las principales magnitudes de la propuesta minera presentada a la Xunta: 220 millones de euros de inversión, 15 años de actividad y 400 puestos de trabajo directos. Rechazó además que sean puestos "precarios y, por el contrario, garantizó que será de vecinos de la zona e indefinido en un 90%. "No va a haber suficiente gente en los pueblos de los alrededores", incidió.

Lavandeira explicó el impacto positivo de las operaciones en Touro, confirmando las cifras de empleo que recoge el proyecto. Añadió que en Riotinto (Huelva) "hay en la actualidad 500 trabajadores, de los que el 90% tienen contrato indefinido y el 70% son personas de la localidad". En este sentido, expresó "el compromiso total de transparencia de la empresa, partiendo de objetivos como: "Vertido cero, control ambiental y una gestión de estériles conforme a las mejores prácticas y a la ley española, una de las más estrictas del mundo", insistió.

A continuación, los responsables de la empresa realizaron un recorrido en distintos puntos del nuevo proyecto minero. Así visitaron la corta de Arinteiro, lugar en activo para la extracción de áridos. También estuvieron presentes en uno de los sondeos que se llevan a cabo en la actualidad, con autorización, en terrenos de propiedad privada.

Por último se acercaron al denominado Monte das Minas, desde el que se puede observar parte de la zona que está incluida en la explotación. Explican en la empresa que se trata de una zona que fue denominada de esta manera "por los ingleses en el siglo XIX tras haber realizado en ella extracción de cobre".