Aguas residuales urbanas sin depurar, deficiencias en los sistemas de saneamiento o depuración, aceites, disolventes, grasas, vapores combustibles o inflamables, residuos radiactivos, sanitarios o industriales tóxicos, pesticidas, fertilizantes, restos orgánicos de animales... La lista de vertidos a los ríos y rías de la comunidad deja cada año cientos de expedientes sancionadores en los despachos de administraciones y empresas y en los domicilios de particulares. Los concellos concentran el grueso de los procedimientos, con casi el 60% de los abiertos el año pasado por la Consellería de Medio Ambiente.

Desde que hace más de siete años la Xunta puso en marcha una red de control en tiempo real de la calidad de las aguas, las inspecciones se multiplicaron y la detección y alerta en caso de incidencia es inmediata. Este plan de vigilancia de Aguas de Galicia destapó un total de 8.451 puntos de vertidos, según datos al cierre de 2017, de los que 1.273 son contaminantes (más del 15%). Solo el año pasado, el departamento que dirige Beatriz Mato realizó casi 2.500 inspecciones que derivaron en 342 expedientes sancionadores por vertidos a los ríos -279- y a las rías -63-.

La razón por la que no todos los vertidos detectados derivan en expediente sancionador son varias. La más habitual es que los técnicos lleguen a la zona donde se dio aviso del foco pero no sean capaces de averiguar la fuente contaminante. En definitiva, el responsable.

Sanciones

De los procedimientos abiertos en 2017 por realizar actuaciones contaminantes, incumplir la autorización de vertido o no reponer los daños medioambientales causados, la Xunta impuso 98 multas por casi 340.000 euros. Pero a esta cantidad hay que sumar otros 262.000 euros por expedientes sancionadores de ejercicios pasados, lo que eleva a casi 602.000 euros el importe de sanciones por vertidos del año pasado, según el balance de Medio Ambiente.

Casi el 60% de las investigaciones abiertas en 2017 por vertidos en la costa gallega pusieron en el punto de mira a las administraciones en la comunidad, la práctica totalidad concellos, con un total de 195 expedientes sancionadores (143 por vertidos a rías o mar y 52 a ríos, acuíferos o lagos). Las empresas concentran casi uno de cada cuatro procedimientos (81) y el 19% restante afecta a particulares (66, todos ellos por vertidos en dominio público hidráulico).

Quien contamina paga.Quien contamina paga Bajo esta premisa, las pesquisas en los puntos de vertidos realizadas el año pasado dejaron ya 84 sanciones por alteración del estado natural de los ríos gallegos por un importe que supera los 292.000 euros y otras 13 por carga microbiológica o química en las rías por 21.500 euros. En el caso de las multas por polución en el dominio público hidráulico, las administraciones suman 37 por un importe que ronda los 135.000 euros, lo que se traduce en una sanción media de casi 3.700 euros. Los vertidos ilegales o contaminantes de empresas e industrias en ríos dejaron también 37 multas por 139.002 euros, unos 3.800 euros de media. A particulares, l a Xunta notificó el año pasado 10 multas por 18.754 euros (apenas 1.900 euros de media), un importe muy alejado del que afrontaron ayuntamientos y empresas.

El valor total de las sanciones interpuestas por contaminación ascienda a 292.656 euros en dominio público hidráulico y a 47.011 euros, en zona marítima-terrestre.

En la nueva Lei de Patrimonio Natural, las sanciones partes de 300 euros para las infracciones leves pero las muy graves pueden llegar hasta los dos millones, cuando en la normativa aprobada en 2001 el tope máximo era de 300.000 euros.

Al cierre de 2017, quedaban pendientes de resolver 152 investigaciones por polución, el 44% de las abiertas en todo el año. 126 de ellas afectaban a vertidos en ríos (64 de administraciones, 22 de empresas y las 40 restantes de polución y 26 a expedientes por polución de las rías (23 de administraciones y tres de industrias).

De los 342 expedientes sancionadores tramitados en 2017 por Medio Ambiente, 85 fueron archivados (64 por vertidos en ríos y 21, en rías) y otros siete sobreseídos (cinco en ríos y los otros dos en rías).Rías

Desde Augas de Galicia se considera prioritaria la protección de las rías, dado su valor biológico, paisajístico y cultural. En 2017, el 63% de los vertidos detectados en las rías gallegas resultaron no ser contaminantes o fueron subsanados. En total, fueron 310 los puntos tóxicos, 614 los que cumplían los límites, 435 se subsanaron y 85 aún estaban en investigación. Arousa y Muros-Noia concentran la mayor presión contaminante, con 79 y 54 vertidos respectivamente. Le sigue en a lista Vigo (32) y Ares-Betanzos (23). Entre las que menos, destaca la ría de A Coruña (8).