Desde diciembre de 2016, los productores tienen la obligación de etiquetar los alimentos envasados que ponen a la venta. Y en el caso de los frescos, deben ofrecer información por escrito de sus características. La labor de control sobre el origen de los grelos, los tomates, las manzanas o las peras a la venta en ferias, mercados o plaza de abastos es competencia de los ayuntamientos.

Desde la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp), su presidente, Alfredo García, es consciente de la "dificultad" que supone el desarrollo de esta actividad y reconoce la existencia de "normativas dispares". "Es de utilidad para vendedores, consumidores y concellos, una normativa más uniforme", apunta García. Por ello, en colaboración con la Dirección Xeral de Saúde Pública, el órgano de poder local gallego trabaja para evitar que haya ordenanzas tan dispare. Para corregir esta situación, la Fegamp se propone elevar antes del verano a la comisión ejecutiva una ordenanza tipo sobre la identificación de los productos a la venta en ferias y mercados.

Los casos de productos elaborados sin etiquetar como miel o mermerlada son excepcionales. Por el contrario, apenas se ofrece información por escrito sobre las características de los alimentos no envasados a la venta en ferias y mercados, tal y como exige el decreto de la Xunta. La información que se suele dar en los mercados y ferias por parte del productor al comprador es verbal. El cartel se usa para poner el precio a mano y poco más.