El BNG realizó ayer un gesto simbólico para denunciar el actual "Estado de excepción y autoritario", que cercena -argumentó- la libertad de expresión. Con ello, incendió el Parlamento. El diputado nacionalista Luís Bará rompió dos retratos del rey Felipe VI, acompañado de una estreleira en la tribuna, para mostrar su solidaridad con los raperos de La Insurgencia, condenados a dos años y un día de cárcel por enaltecer el terrorismo en sus canciones, y defender una iniciativa para exigir al Gobierno la derogación de la Ley Mordaza y un cambio en el Código Penal para "impedir la interpretación represiva de los delitos de incitación al odio y enaltecimiento del terrorismo". Esta norma ampara la reciente acusación por terrorismo a miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) en Cataluña por bloquear diversos peajes.

Bará acaparó el protagonismo de la sesión con un gesto que no fue a más porque no pudo. "No las quemo porque es un espacio cerrado", expuso sobre las fotografías, recordando una acción que les costó penas de cárcel a manifestantes en Cataluña en 2007, condena que fue sancionada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. "Romper la foto de Felipe VI es una lección de respeto, pluralismo y el ABC de la democracia", expuso.

Su escenificación para defender su proposición no de ley, apoyada por En Marea en su totalidad y solo en lo relativo a la Ley de Seguridad Ciudadana por el PSOE -que en Madrid votó a favor del cambio penal en 2015 para endurecer el enaltecimiento al terrorismo-, fue tumbada por el PP, que censuró su acción. "Respetamos la libertad de expresión, pero no se puede usar, mucho menos en el Parlamento, para ofender a quien simboliza la unión de España, la Constitución democrática de 1978 y representa a todos los españoles", criticó el portavoz de los populares, Pedro Puy, que pidió que se saquen las "consecuencias legales oportunas".

Antes, su compañero de bancada, Alberto Pazos Couñago, definió a Bará como el "James Dean del nacionalismo gallego" y sacó a relucir una imagen de Arnaldo Otegi con Bará, la también diputada nacionalista Noa Presas y el portavoz del BNG en el Concello de Santiago Rubén Cela. También la rompió.

Por su parte, Carmen Santos (En Marea) denunció "el miedo" que le producen las acciones de la justicia contra músicos o tuiteros y la socialista Patricia Vilán señaló que es "indudable que se vive una época de retrocesos de libertades".