El declive demográfico se agrava año tras año en Galicia y la base de su pirámide de población corre el riesgo de verse aplastada por el cada vez mayor peso del colectivo de jubilados y el descenso de jóvenes. La proyección lanzada hace ya cinco años por el Instituto Galego de Estatística (IGE) dibujaba un territorio cada vez más envejecido, con uno de cada cuatro habitantes por encima de los 65 años. La previsión que hacía el estudio para 2031 ya es hoy una realidad, según el informe de indicadores demográficos de 2017 hecho público este mes por el organismo estadístico gallego. Galicia, que suma tres décadas con merma de población, es la segunda comunidad más envejecida del país, solo por detrás de Asturias, y con ya casi el doble de fallecimientos que de nacimientos. Ya suma 11,7 muertos por cada 1.000 habitantes, mientras que la tasa de partos se queda en 7,02.

Para tratar de frenar el desierto demográfico que engulle cada vez más territorio en Galicia, el Gobierno de Feijóo se ha fijado en los hijos y nietos de la emigración gallega. En el Consello de la Xunta de la semana pasada, el Ejecutivo gallego anunció la puesta en marcha 50 medidas con el que persigue el retorno en los próximos tres años de más de 20.000 gallegos que residen en el extranjero. Un plan que incluye becas de estudios o incentivos empresariales para la contratación de la diáspora con el que el Ejecutivo gallego se propone frenar las casi tres década de saldo vegetativo negativo.

Las estadísticas dibujan una Galicia convertida en tierra para viejos. El 24,57% de los residentes en la comunidad ya supera los 65 años, tres puntos más que hace diez años (21,55%) y casi seis puntos más que en 1997 (18,84%), según datos del IGE. En el otro extremo de la pirámide están los menores de 20 años, que apenas representan el 16% de la población gallega frente al 21,3% de hace dos décadas, aunque ya en 2007 su peso cayó al 16,06%.

La edad media en Galicia en la actualidad se sitúa en los 46,76 años, cinco años más que la registrada en 1997 (41,21). De las cuatro provincias gallegas, Ourense y Lugo son las más envejecidas, con una edad media de 50,28 y 49,52 años, respectivamente. Y en el extremo contrario, están A Coruña (46,46) y Pontevedra (45). Este balance convierte a Ourense en la población con más jubilados (el 30,9% de los residente en la provincia), seguida de Lugo (28,73%), A Coruña (23,95%) y, finalmente, Pontevedra (21,73%).

En los últimos 20 años, el índice de envejecimiento en la comunidad (número de mayores de 65 años por cada 100 menores de 20 años) casi se ha duplicado, al pasar de 88,47 en 1997 a casi 155 el año pasado. En relación a hace una década, la tasa de jubilados se multiplicó un 15,4 -en 2009 el índice era de 134,16-. El envejecimiento unido a la mayor esperanza de vida han provocado un aumento del número de los mayores de 85 años, dejando una tasa de este colectivo sobre el grupo de edad que supera los 65 años de 17,48, casi siete puntos más que hace dos décadas (10,84) y cuatro más que hace diez años (13,09).

Una de las preocupaciones que surgen a raíz del envejecimiento de la población es cómo aumenta la llamada población en edad dependiente. Los mayores de 65 años respecto a la población entre 15 y 64 superan ya el 38% cuando hace veinte años no llegaban al 28% y en 2007 representaban el 32,15%.

En cuanto a la distribución de la población, A Coruña es la provincia gallega con más habitantes (el 41,39% del total en la comunidad), seguida de Pontevedra (34,8%). Y finalmente Lugo (12,31%) y Ourense (11,5%). Mientras en A Coruña y Pontevedra, aumentaron en los últimos años su peso sobre el total de los residentes en la comunidad Lugo y Ourense perdieron representatividad.

Las expectativas son poco halagüeñas para la comunidad. La tasa de defunciones en la actualidad (11,7 defunciones por cada 1.000 habitantes) casi duplica la de nacimientos (7.02). El panorama más desalentador lo protagonizan Lugo, con un índice de fallecimientos de 15,51 y de partos, de 6,27 junto con Ourense, con una tasa de mortalidad de 14,9 y de alumbramientos, de 5,69. En A Coruña, la tasa de defunciones se queda en 11,2 frente al 7,43 de nacimientos y en Pontevedra, 9,87 los fallecimientos y 7,25 los partos.