Junto con el envejecimiento, la dispersión es otra de las particularidades que define a la comunidad gallega. Esta última puede cuantificarse mediante la llamada densidad de población, que mide el número de habitantes por cada kilómetro cuadrado, un factor que, a su vez, refleja la despoblación que soportan cada vez más ayuntamientos en Galicia. En la actualidad, en cada kilómetros cuadrado del territorio gallego están afincados una media de 91,6 vecinos, según datos del IGE. La provincia de Pontevedra se coloca a la cabeza, con una media de 209,9, más del doble que la media autonómica. Le sigue en la tabla A Coruña (141,1). Y muy de lejos, se sitúan Ourense (42,8) y Lugo (33,8).

Por debajo de la media gallega, hay un total de 224 concellos (el 71% del total), la práctica totalidad de las provincias de Lugo y Ourense. El menor volumen de vecinos por kilómetro cuadrado en la comunidad la soportan A Veiga (3,2 habitantes), Chandrexa de Queixa (3,3), Vilariño de Conso (3,5), Negueira de Muñiz (3,9), Muras (4,4) y Navia de Suarna (5). Otros 15 ayuntamientos no superan la tasa de densidad poblacional de 10.

Y solo cuatro están por encima del índice 1.000 de densidad de población. La ciudad de A Coruña lidera esta tasa en la comunidad, con más de 6.300 habitantes por kilómetro cuadrado, un 141% más que el segundo concello en la lista: Vigo, con 2.639 residentes por kilómetro cuadrado.

El tercer puesto en el mapa autonómico no es para ninguna ciudad, sino que lo copa el concello lucense de Burela (1.249). La tabla continúan con Ourense (1.219). Y ya por debajo de los mil vecinos en una extensión de un kilómetro se colocan Vilagarcía (843), Ferrol (808), Oleiros (803) o A Illa de Arousa (724).