A. M. B., un ourensano de 28 años, se enfrenta a un proceso judicial como presunto autor de un delito de abandono de animales domésticos con resultado de muerte. La Guardia Civil encontró en una granja del concello ourensano de Barbadás los restos de 41 ovejas y cabras muertas, a las que presuntamente el investigado dejó morir por falta de alimentación, agua y los debidos cuidados.

La explotación estaba en malas condiciones de salubridad y fue descontaminada por Protección Civil del municipio. El joven ya había sido investigado en el año pasado por el mismo delito de abandono animal, tras unos hechos ocurridos en Nogueira de Ramuín. El investigado percibió 22.000 euros de la línea de ayudas públicas para la incorporación de jóvenes al sector primario. La Xunta ha abierto un expediente de reintegro para reclamarle los fondos abonados.

Agentes del Seprona de la Comandancia de la Guardia Civil de Ourense tomaron declaración al ganadero sospechoso en calidad de investigado el pasado viernes. Según el instituto armado, las continuas muertes de ovejas y cabras se deben a "no proporcionarles las necesidades básicas de cuidado a un rebaño".

El caso se descubrió porque los cuatro perros que había en la explotación, y que se alimentaban de los restos de los animales, también estaban abandonados y vagaban en libertad por el pueblo en busca de comida. Protección Civil ha instalado jaulas trampa para poder capturarlos y entregarlos a la protectora.

Los guardias inspeccionaron la granja de Barbadás, que permanece precintada, y no descartan que además de las 41 reses muertas y en avanzado estado de descomposición que han sido contabilizadas, el número de animales desatendidos por el investigado pudiese ser mayor, "dado los restos óseos esparcidos por toda la instalación", destaca el Seprona. El Concello de Barbadás y el servicio municipal de emergencia colaboraron en la limpieza de la granja, así como el Servicio de Ganadería de la delegación ourensana de la Consellería de Medio Rural.

El servicio de Protección Civil y Emergencias de Barbadás siguió un estricto protocolo anticontaminación para retirar los residuos acumulados en la granja. La limpieza y desinfección de la instalación era imprescindible para evitar que la insalubridad por la acumulación de cadáveres entrañara un riesgo para la salud pública. No solo se retiraron los restos de animales sino también la "cama de explotación, una amalgama de lana, estiércol y otros restos de la granja. El traslado y gestión de los residuos fue realizado por una empresa homologada para esta actividad. Más allá de la muerte de los animales, no hubo afectación medioambiental.

Ante este caso de abandono, la asociación animalista Libera! y la Fundación Franz Weber reclaman un refuerzo de los controles de la administración, tras calificar como "gravísimo" que un investigado por maltrato animal recibiera ayudas públicas. El colectivo muestra su "sorpresa" al conocer que el investigado percibió una subvención de 22.000 euros del programa de incorporación de jóvenes a la actividad agraria, "cuando ya había sido investigado por causas similares el pasado año.

La Xunta aclara que ya existía una investigación. De hecho, abrió expedientes de sanción que se suspenden hasta que se cierre la vía penal. La Consellería de Medio Rural tramita un expediente de reintegro para que devuelva el dinero de la ayuda pública. Los animalistas reclaman campañas formativas y de sensibilización para los ganaderos, y "multiplicar el número de visitas a explotaciones".