Pisar más de la cuenta el acelerador. Ocho de cada diez infracciones interceptadas en las carreteras gallegas son por exceso de velocidad, con una media de 1.100 detectadas cada día por los radares fijos y móviles. En plena campaña de control de velocidad, que arrancó el lunes y se prolongará hasta el domingo, la DGT ha instalado cuatro nuevos cinemómetros fijos en la red viaria gallega -dos en la provincia de Ourense, uno en la de A Coruña y otro en la de Lugo-, lo que eleva a 60 las cabinas instaladas en la comunidad. Pero todavía no están operativos ya que están pendientes de la tramitación correspondiente para que empiecen a disparar los flashes a los conductores que sobrepasen la limitación. El calendario para su puesta en funcionamiento todavía no está cerrado ya que depende de cómo avancen las gestiones para activarlos, según detallaron ayer desde la Jefatura de Tráfico de A Coruña, desde donde se coordinan todos los centros territoriales de Galicia.

Estos cuatro nuevos dispositivos de control de velocidad se suman al que ya entró en funcionamiento en el arranque de Semana Santa en la Transcantábrica (A-8). En este caso se trata de un cinemómetro de tramo, entre los puntos kilométricos 545,6 y 550,2, en sentido Vilalba, donde la limitación está a 100 kilómetros por hora. Con este último ya son siete los radares de tramo activos en la comunidad gallega -cuatro en la provincia de A Coruña, dos en la de Lugo y otro en la de Ourense-.

A Coruña, Ourense y Lugo son las tres provincias elegidas para la ubicación de los nuevos radares fijos. En el caso de Ourense, Tráfico instaló dos dispositivos más, lo que eleva a 13 los cinemómetros repartidos en esta provincia. Uno de los nuevos aparatos está la N-541, a la altura de Godás (O Carballiño) en dirección Pontevedra. Los vecinos de la zona llevan ya más de diez años reclamando un refuerzo de las medidas de seguridad, como por ejemplo un radar, para evitar los excesos de velocidad que hacen prácticamente imposible cruzar la vía y que han provocado varios accidentes. El otro punto elegido en las carreteras ourensansa es la AG-53, la autovía que conecta Lalín y Ourense, en el punto kilométrico 72, antes de la salida de O Carballiño.

En la provincia de A Coruña, el corredor de Noia-Brión ya dispone de un aparato de control de velocidad. A Coruña suma así 19 radares fijos, un balance que la convierte en la provincia gallega con más dispositivos de este tipo.

En Lugo, el nuevo medidos de velocidad estará en el corredor, a la altura de Oural. Con este ya son 13 los cinemómetros fijos en las carreteras lucenses.

Los aparatos de control de velocidad en Galicia están entre los que más flashes disparan de todo el país. De los 100 cinemómetros que más denuncias por velocidad detectan en España, una veintena está en las carreteras gallegas. Entre ellos el ubicado en O Marquiño, cerca de Santiago, en la N-634, en un tramo limitado a 50 km/h, y el situado en Mos (Pontevedra), en la autovía A-55, limitado a 60 km/h.

Cada año, más de dos millones de conductores son interceptados en España a velocidades superiores a las permitidas. En Galicia, una media de 1.100 automovilistas son denunciados cada día en la red viaria por pisar más de la cuenta el acelerador, bien tras ser sorprendidos por un radar fijo o por un cinemómetro móvil de la Agrupación de la Guardia Civil de Tráfico.

A las 60 cabinas de radares fijos que ahora hay instaladas en Galicia y los siete aparatos de tramo, hay que añadir los 132 puntos de control con dispositivos móviles: 32 en la provincia de A Coruña, 39 en Lugo, 31 en Ourense y 30 en Pontevedra, según la información disponible ayer en la web de la DGT.