Tras la ruptura de las negociaciones para poner fin a la huelga de Xustiza en la reunión del lunes entre la Xunta y los sindicatos, los funcionarios han vuelto a salir a la calle. Los trabajadores se concentraron ayer en la antigua Audiencia Provincial de A Coruña, mientras en Santiago se manifestaron en el Palacio de Congresos y frente a un hotel donde el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, tenía dos actos. El seguimiento del paro ayer alcanzó el 26% según los datos de la Xunta, que las centrales elevan al 60%. El comité de huelga opina que "negociar" es el único camino para cerrar el conflicto y considera que eso es lo que debería haber hecho el Ejecutivo autonómico en el encuentro del lunes para evitar que el paro iniciado el 7 de febrero siga adelante "por solo doce euros de diferencia" entre lo que ofrece la Xunta y lo que piden los sindicatos de subida salarial.

En este sentido, el comité califica de "pataleta" la postura del vicepresidente gallego, Alfonso Rueda después de romperse las negociaciones y le instan a retomar el diálogo. Pero el también conselleiro de Xustiza avisó de que la "presión" con "manifestaciones o intentos de reventar actos públicos" no va a provocar variaciones en la última oferta de la Xunta a los funcionarios que dependen de la Administración autonómica. Rueda insistió en que "no se va a entrar en el juego de dar más".

El Ejecutivo gallego propuso un aumento gradual en tres años de 135 euros al mes para los gestores, 127 para los tramitadores y 122 para los cuerpos de auxilio. Los funcionarios habían rebajado sus pretensiones a 140 euros para los tres grupos pero ambas propuestas fueron retiradas por falta de acuerdo.

Desde la oposición, el secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, y el portavoz parlamentario de En Marea, Luís Villares, acusan a Rueda de prolongar de forma "innecesaria" el conflicto.