Educación. Esta es para el fiscal delegado de Seguridad Vial en Galicia la única estrategia segura para reducir los accidentes de tráfico y la delincuencia viaria. La corrección de las conductas negligentes al volante, según advierte, no solo se hace con el Código Penal en la mano, sino con medidas reeducadoras. Con el objetivo de que evitar cualquier conducta de riesgo en carretera -pisar más de la cuenta el acelerador, conducir tras haber bebido alcohol o consumido drogas o atender una llamada de móvil-, Carlos Gil ha impulsado la creación de una mesa de educación vial en la comunidad con la implicación, ya no solo de Guardia Civil y Policía Local, sino también de la Xunta, empresarios del transporte y autoescuelas, entre otros colectivos.

A través de este foro, se propone fomentar una "labor de coordinación" para diseñar estrategias de actuación encaminadas a la educación vial con el objetivo de frenar la delincuencia en las carreteras de la comunidad. "En materia de educación los fiscales no tenemos competencia, pero sí podemos concienciar de que la educación es lo principal y la mejor manera de reducir los delitos", defiende Gil, quien tras casi siete años como delegado de Seguridad Vial en Galicia ha sido galardonado con el ingreso en la Orden del Mérito del Cuerpo de la Guardia Civil, en la categoría Cruz con distintivo blanco. La propuesta surgió de la Agrupación de la Guardia Civil de Tráfico, que reconoce su línea de conducta y actuación a nivel autonómico en el ámbito de la seguridad vial. El acto de entrega de las condecoraciones se celebrará el próximo martes día 15 en el Pazo de Mariñán (Bergondo).

Carlos Gil promovió varias iniciativas para reducir la reincidencia al volante, entre ellas un proyecto pionero a nivel autonómico para ajustar las penas al perfil de cada conductor de riesgo, con la elaboración de un informe criminológico sobre su peligrosidad. El estudio forense de los temerarios al volante incluye aspectos de la vida cotidiana de los conductores sometidos a examen; desde averiguar si tienen antecedentes de sanciones administrativas o penales hasta conocer su modus vivendi: si está casado, si tiene adiciones, cuál es su apoyo familiar, social y laboral.

Desde que en octubre de 2011 fue nombrado fiscal delegado de Seguridad Vial en Galicia, Carlos Gil trabaja codo con codo con la Agrupación de la Guardia Civil de Tráfico y las unidades de la Policía Local con el reto que sean cada vez menos los conductores que se sientan en el banquillo. "La estadísticas reflejan que era necesaria la creación de una Fiscalía [en materia de Tráfico]", apunta. Solo el año pasado, fueron más de 7.000 los juicios que se celebraron en la comunidad por delitos contra la seguridad vial, un volumen que representa más del 40% de todos los asuntos calificados en Galicia. Es decir, casi la mitad de los juicios que se celebran cada día en los tribunales de la comunidad son por delitos en carretera. El porcentaje se dispara en los juicios de guardia: el 90% de los celebrados son por infracciones penales al volante.

En una reciente entrevista con este periódico, Carlos Gil reconocía como una "asignatura sin probar" reducir los delitos de conducción con alcohol y sin carné. Las penas actuales, según apuntaba, son adecuadas, sin embargo reconoce que tienen unos mínimos "muy leve" para determinadas conductas. "La corrección -sostiene- no solo se hace con pena, sino, y, principalmente, con otras medidas reeducadoras".

Tras la reforma penal en materia de Tráfico de diciembre de 2007, Gil destacaba la "concienciación" lograda entre los conductores por varios factores. "No solo los penales", matizaba. "Se esta corriendo esa concepción desfasada de que los delitos de tráfico -concluye- los cometía gente honrada".