Las obras de renovación del mobiliario público de tres plazas de la urbanización cambresa de A Barcala comenzaron a principios de semana pero, ante las quejas vecinales, el Concello ha decidido paralizarlas. El diseño de los nuevos equipamientos ha provocado rechazos por parte de los residentes en este núcleo, que han llegado a solicitar la intervención de la Policía para evitar su colocación.

Los vecinos explican que los nuevos bancos, al estar elaborados con PVC reciclado, parecen usados y, aseguran, suponen un riesgo para los usuarios porque tienen aristas puntiagudas con las que no es difícil cortarse.

El portavoz de Esquerda Unida, Luis Miguel Taibo Casás, completa la descripción: "Parecen radiadores, entra una mano entre las rendijas del asiento, así que serán un foco de acumulación de porquería". Destaca también que no están en sintonía con el entorno. "Podían haber limpiado los que estaban que, además, eran propiedad de los vecinos, que los compraron con sus pisos", añade.

Los nuevos bancos son de tipo vértebra, se colocan por metro lineal (estaban previstos 90 metros entre las tres plazas) y disponen de respaldos que se distribuyen según convengan (70). Se pretendían instalar también 28 jardineras tipo cube con arbustos, 18 asientos y 24 bolardos.

El Gobierno local coincide en que el nuevo mobiliario supone un peligro para los usuarios, por lo que ha dado la orden para que los quiten. "Retiraremos este mobiliario de forma inmediata. Estos bancos y papeleras no solo no mejoran los existentes, ya de por sí deteriorados, sino que ponen en riesgo la salud de los vecinos", reconoció el alcalde de Cambre, Manuel Rivas, tras desplazarse hasta la urbanización para comprobar in situ el motivo de las quejas de los residentes. Además, se comprometió con los vecinos a solicitar a la empresa la instalación de bancos y papeleras similares a los que había.

Esta actuación incluía la remodelación de tres plazas de A Barcala -las de Amador y Daniel, Casares Quiroga y Primero de Mayo- y la reforma del parque infantil de Bribes, que sufre "un notable deterioro". En total, se trata de una inversión de casi 50.000 euros, 40.000 de los cuales serán aportados por la Consellería de Presidencia.