Trabajadores de la planta que la empresa de artes gráficas Einsa tiene en la parroquia de Andrade, Pontedeume, denuncian su traslado "forzoso" a las instalaciones de As Pontes ya que, según lamentan, es la única alternativa que la compañía les ofrece si quieren mantener sus puestos de trabajo.

Los afectados aseguran que la entidad no se compromete a mantenerles su categoría laboral y se niega a pagarles los gastos derivados del transporte y las dietas, como sí sucedía hasta el momento. La otra opción es quedarse en las instalaciones de Andrade cuyo cierre, advierten, es "inminente".

La Unión Sindical de Traballadores de Galicia (USTG), sindicato mayoritario en el comité de empresa del Concello de Pontedeume, ha recibido diversas quejas en relación a estas negociaciones. Según explica un representante del sindicato, los empleados están obligados a acudir a la reunión con la compañía solos, sin ningún tipo de asesoramiento, en la que se les informa de que "o firman el traslado o se van". "Les hacen firmar una carta que recoge que no les abonarán los gastos de transporte ni las dietas y ni siquiera les aseguran que vayan a ocupar un puesto acorde con su categoría laboral", explica.

La USTG apunta que la opción de permanecer en la planta de Andrade es inviable ya que "como mucho, permanecerá abierta hasta finales de año" puesto que, tal y como les han comunicado los afectados, el cierre de las instalaciones eumesas es ya un hecho.

El representante del comité de empresa, Constantino Piñeiro, admite que conoce estas quejas y, aunque no puede precisar un número exacto, sabe que algunos trabajadores ya han aceptado el traslado. De lo que sí tiene constancia Piñeiro es de que 20 de las 33 personas que estaban trasladadas a las instalaciones de As Pontes, trabajan actualmente en la planta eumesa, en donde les aseguran carga de trabajo durante "dos meses o dos meses y medio". Empresa y trabajadores, sumidos en la negociación de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), se reunirán hoy in extremis para llegar a un acuerdo. Mientras que la empresa alega una complicada situación económica derivada de una deuda de 42 millones de euros, la plantilla, formada por más de 400 personas, está dispuesta a aceptar un ERE para aliviar la situación pero no en las condiciones "inasumibles" que plantea la entidad, como trabajar los sábados de forma gratuita y que el ERE únicamente afecte a parte de los empleados. Este periódico intentó ayer, sin éxito, ponerse en contacto con la compañía.