El colectivo de placeros del mercado municipal de Pontedeume, ubicado en la céntrica plaza de O Conde, teme que el traslado propuesto por el Gobierno local a los almacenes de Raxoi no suponga una medida provisional ya que desconfía de que en un futuro próximo se lleve a cabo la reforma integral de la lonja eumesa. Acusa al Ejecutivo municipal de actuar de manera unilateral y no contar con la opinión de los afectados. "El Ayuntamiento nos dijo que nos fuésemos para allí sí o sí", apostilla.

El presidente de la Asociación de Comerciantes del Mercado Municipal de Pontedeume, José Manuel Painiceiras, explica que estas dudas están motivadas por la escasa información que les ofrece el Concello en relación a su futuro. "Queremos saber cuál será nuestra situación tras el traslado, cuánto tiempo estaremos en Raxoi y que nos ofrezca garantías de retorno al mercado, que es donde tenemos nuestros puestos por una concesión municipal", destaca el representante de los quince puestos que alberga el edificio de la plaza de O Conde y en el que trabajan cerca de cuarenta personas.

Estas y otras dudas fueron plasmadas en un papel que la asociación de placeros entregó por registro en el Concello, en el que reclama al equipo de gobierno información sobre su futuro aunque, por el momento, no ha recibido respuesta. El Ayuntamiento se encuentra sumido en la adjudicación de los trabajos de rehabilitación de las cuatro naves que albergarán la lonja provisional, en donde trabajarán los placeros hasta que finalice la reforma integral del mercado, valorada en 2,5 millones de euros, que el Ejecutivo local pretende llevar a cabo, para la que carece de financiación y únicamente cuenta con un anteproyecto.

Para los placeros la mejor opción sería destinar los 400.000 euros concedidos por la Consellería de Industria para la reforma de Raxoi al arreglo de las deficiencias del mercado y, cuando el Concello disponga de los fondos necesarios para rehabilitar el mercado municipal, trasladarse a unas "casetas" que se instalen en la plaza de O Conde ya que temen perder clientela por abandonar el centro de la villa.

Otra de las quejas del colectivo de comerciantes hace referencia a las carencias de seguridad y de higiene de las instalaciones y también al riesgo de inundación de los almacenes. "Sabemos que, cuando sube la marea y llueve mucho, los locales se anegan", advierte José Manuel Painiceiras, que tampoco está de acuerdo con las dimensiones de los puestos que recoge el proyecto elaborado por Mercasa para las instalaciones de Raxoi. "Algunos de los negocios de la plaza tienen trabajando a cuatro o cinco personas y allí no van a caber más de dos personas por puesto, ¿qué pasará con el resto del personal?", se pregunta el presidente del colectivo.

La insistencia del Gobierno local que encabeza Gabriel Torrente en hacer efectivo el traslado pese a no contar con el dinero necesario para reformar el mercado de O Conde es la razón principal, según los afectados, para que dudan de las intenciones del Ejecutivo en cuanto al futuro del edificio de la plaza de O Conde. "No nos ha dicho el tiempo que vamos a estar allí ni nos informan de nada por lo que tememos que tenga otro proyecto para el mercado", apunta José Manuel Painiceiras, que exige compromisos "por escrito".

Las afirmaciones del Gobierno local en relación a la postura de los placeros y la información que se les proporciona difiere mucho de la versión de la Asociación de Comerciantes del Mercado Municipal de Pontedeume. Mientras que el colectivo denuncia un traslado por imposición, sin conocer sus condiciones y expectativas de futuro, el Ejecutivo municipal presume de contar con el beneplácito de los afectados.

El concejal de Infraestructuras, Javier Crespo, aseguraba el pasado martes a LA OPINIÓN que los placeros están "muy contentos" con el traslado a los almacenes de Raxoi. Apuntó además que el equipo de gobierno mantiene a los afectados informados de "todos los planes que tenemos para ellos", cuestión que niega el colectivo.

Sí coinciden en citar una reunión que se celebró la semana pasada entre ambas partes aunque discrepan en el resultado de la misma. El edil explicó que mostraron a los afectados su futura ubicación, la cual aceptaron de buen grado. Distinta es la versión de la asociación, que resta importancia a la visita de unas instalaciones en las que, por el momento, "no hay nada, sólo basura".