La Consellería de Medio Ambiente asegura que, tras los primeros análisis realizados por Augas de Galicia de las muestras de agua recogidas en el río Eume, se descarta que la turbidez que presenta el cauce desde la central hidroeléctrica de Endesa, situada en A Capela, hasta su desembocadura en Pontedeume, esté motivada por un vertido.

A la espera de los resultados de otra serie de parámetros que se harán públicos a principios de la próxima semana, la Xunta explica que el examen de las muestras recogidas determina que tanto el PH como el nivel de sólidos y la conductividad del agua en el río Eume desprenden resultados óptimos. "Lo más probable es que estas variaciones en el color del agua se deban a las lluvias caídas en los últimos días, que debieron arrastrar sedimentos del embalse", manifiestan fuentes de la Consellería de Medio Ambiente.

Estas investigaciones surgen a raíz de una denuncia de la asociación ecologista AEMS-Ríos con Vida, que alertó al Seprona del "sospechoso color gis pálido" y la "turbidez" del agua en un tramo del río Eume. El presidente del colectivo, Pedro Brufao, explica que la semana pasada Endesa finalizó unas mejoras realizadas en el sifón del embalse de A Capela, "lo que ha coincidido con la aparición del agua turbia". Esto, unido a que "aguas arriba de la presa el río Eume presente un aspecto cristalino", suscita sus sospechas de que la eléctrica haya podido soltar parte de los lodos que se acumulan en el fondo del embalse, a la espera del permiso de la Xunta para poner en marcha su proyecto de modernización de los desagües de la misma.

Fue el pasado 28 de febrero cuando Endesa remitió a la Xunta la documentación del proyecto para solicitar su autorización, catorce meses después de que la Fiscalía de Medio Ambiente interpusiese una denuncia contra la empresa por un supuesto delito de captación abusiva de aguas y daños al medio ambiente por incumplir con el caudal ecológico.

El proyecto de la eléctrica propone retirar 1.350 metros cúbicos de sedimentos depositados en las inmediaciones de la toma de los desagües a través de un sistema de aspiración por bomba para, posteriormente, reubicar los materiales retirados en un punto del embalse, lo que ha suscitado las críticas de colectivos ecologistas como Ríos con vida o Adega, que advierten de los perjuicios ambientales del vertido de lodos tóxicos al Eume. La empresa admite posibles vertidos y derrames de sustancias contaminantes, así como riesgo de enturbiamiento de las aguas, lo que afectará a su calidad y comunidad biológica del río.