El Concello de Sada confía en poder legalizar a través del Plan General de Ordenación Municipal o de una modificación urbanística el edificio de la avenida de A Mariña 47-48, con orden de demolición de dos de sus plantas. Aún así, por precaución, el Gobierno local ha prorrogado la partida para la ejecución subsidiaria del derribo de este céntrico inmueble y de El Náutico, al que el juzgado ha denegado más moratorias.

El Gobierno reserva en el presupuesto de 2012 una partida de 289.000 euros para "ejecuciones subsidiarias de demolición", que incluye el derribo de un pequeño muro en la avenida del Puerto. La misma que reservaban sus antecesores, BNG-PSOE, para restaurar la legalidad en estas edificaciones. El importe destinado a derribos, incluido en gasto corriente, equivale la tercera parte de la inversión real de las cuentas municipales, que asciende a 754.780 euros tras sufrir un recorte del 40,5% por la caída del financiamiento externo.

El documento contable registra un incremento del 8% del gasto corriente, que se dispara hasta el 59,5% por la inclusión de 100.000 euros de facturas pendientes y una partida de 400.000 euros para afrontar condenas judiciales que se remontan al gobierno de Ramón Rodríguez Ares, actual primer teniente de alcalde. Se trata del segundo pago por la reconstrucción de la iglesia de Sadadarriba y la indemnización a la empresa Espina Obras Hidráulicas.

El Concello cifra en 204.000 euros el coste de los intereses de demora entre las dos actuaciones impagadas. "Un coste que no habría sido necesario afrontar si el bipartito formado por BNG y PSOE hubiesen hecho frente en su día al pago señalado en las sentencias", recordó el alcalde, Ernesto Anido. PSOE y BNG sostienen que, si no efectuaron el pago, fue por el informe desfavorable del interventor y aprovecharon el último pleno para instar al regidor a exigirle responsabilidades a su socio, al igual que les pidió a ellos que avalasen con su patrimonio el importe de las posibles indemnizaciones por la expropiación del terreno para ampliar el colegio Sada y sus Contornos. El exregidor asistió a este debate dialéctico sin inmutarse y, en respuesta a las acusaciones del BNG, se limitó a sonreír y señalarles con el dedo como a los responsables.